sábado, 3 de octubre de 2009

No lo sabía...

Fuente de los Leones en el Patio del mismo nombre


No es lo mismo que "no lo sé". En el "no lo sabía" subyace una humildad poco propicia a los tiempos y modos de hoy. Cuesta admitir que hay cosas que otros dicen y que uno no las sabía, porque rebaja la estima de los demás y en cierta manera la autoestima: averiguar que uno no sabía cosas y cosas que va descubriendo de manera cotidiana, no hace sino que erosionar la seguridad en el propio conocimiento.

El Hombre del Prado está en esa fase del "No lo sabía" que puede llegar a resultar hiriente. Hoy ha descubierto, en un poemita de Ibn Gabirol que en Granada, en lo alto de la Sabica, donde doscientos años después se construiría La Alhambra existieron doce leones, cuatro grupos de tres mirando a los cuatro puntos cardinales, que soportaban sobre sus lomos, un mar cristalino que lo era a la manera del mar de bronce del palacio de Salomón en Jerusalén. Luego vino, ya se ha dicho que doscientos años después, el Patio de los Leones con su fuente central. Con el tiempo se advirtió que los leones eran de factura muy anterior al patio, del siglo XIV. Siendo la cosa así de sencilla, no queda sino añadir que aquella primera fuente debía de ser la del palacio de un judio, visir del emir de Granada, un tal Yusuf ben Negrela, que murió asesinado en un progrom de judios por las turbas que vivían abajo, descontentas por su ostentación. El palacio fue destruído, aunque algo quedó, seguramente. No deja de ser irónico que ese prodigio de belleza que hoy se contempla, fuera construido como representación del Islam repitiendo la intencionalidad judía de rendir homenaje a su gran rey. No lo sabía.

Como tampoco sabía que el Patio de los Arrayanes y el de los Leones, construídos con algunas generaciones de diferencia uno de otro, guardan entre sí unas exactas relaciones geométricas que se evidencian en el trazado virtual de unas diagonales. ¿Había un plan constructivo? No se sabe, es imposible llegar a ese conocimiento. Al cabo del día se acumulan las cosas que se van descubriendo, poco importantes ciertamente, que no aportan certidumbres metafísicas ni descubren leyes de la cosmogonía, cosas que no han de aportar a su conocimiento más que asombro, admiración, secreto placer que permite que vuele la imaginación. Se trata de encontrar en un libro algo que otros si sabían, y uno no. Conviene, piensa, estar muy atento a todo lo que no se sabía.

Lo que si sabía el hombre del Prado, ya que ha salido en estas líneas, es que para él el Patio de los Arrayanes, es el más perfecto jardín que nunca ha contemplado, y la más sencilla belleza que él ha podido contemplar salida de la perfección que alguien ha podido producir con su imaginación, repitiendo el prodigio de la creación humana.

Patio de los Arrayanes

7 comentarios:

  1. Con los años te das cuenta de todo lo que no sabes y de todo lo que 'no sabrás'. Ni verás.

    Hermoso jardín, en efecto, sólo lo he visto una vez pero me impresionó y, además, tuvimos la suerte de contar con un guía excepcional, cosa que actualmente resulta difícil, con tanto turismo masivo.

    Buen domingo, Luis.

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  2. Tampoco yo conocia esa historia de los leones, ni siquiera que la fuente fuera anterior a la construccion del patio. En cualquier caso, la Alhambra y el Generalife son de los lugares mas bellos y sugerentes que he visitado nunca. Besos, hombre del prado.

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  3. Besos, Isabel. Es una historia muy curiosa. Ibn al Jatlib, en un poema e que describe una festividad en la Alhambra en 1362, afirma que esos leones, recubiertos de cobre, estaban en una zona descampada en el terreno que después correspondería al Patio de los Leones. La cosa va de poetas, Gabirol y Jatlib.

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  4. Julia, el de los Arrayanes me impactó la primera vez que lo ví, y sigue siendo "mi jardín".

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  5. Hombre "bosquihumano", acabas de dar en una clave de las que me gustan: Los patios interiores. Simplificando mucho las cosas hay dos formas de construcción "de lujo", una de ellas "yanquee-paradigmátrica" nos está vendiendo el parterre exterior; la otra, más propia de la cultura magrebí, construye edificios austeros hacia el exterior, y con patio interior

    Adivina-adivinanza, ¿con cual de las dos me quedo?

    Por cierto, el patio interior (o el jardín interior), es algo que cualquier místico de cualquier ámbito cultural habido o por haber, identifica inmediatamente

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  6. Claro amigo: el "hortus clausus". Desde la magnificencia hasta el pequeño corazón de un claustro. El jardín, dsde mi punto de vista, siempre debería de ser interior, aunque se muestre.

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  7. Un "latinajo" perfectamente aplicado, voto a tal. Para mi es la teoría (pura teoría por mi parte, que conste) del reflejo: Hay hechos exteriores que reflejan o que "entran en resonancia" (en el sentido de la expresión de la física), con hechos interiores, y eso se detecta y se nota.

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