tag:blogger.com,1999:blog-62173167704802064342024-02-07T19:27:19.968-08:00El Hombre del PradoLuis Riverahttp://www.blogger.com/profile/00360452832116667401noreply@blogger.comBlogger31125tag:blogger.com,1999:blog-6217316770480206434.post-40782483673925009332010-06-15T02:02:00.001-07:002010-06-15T02:08:09.302-07:00Una nueva webA quien le interese:<br /><br />He estado varios meses tratando de decidir que hacer con el blog, y el resultado está aquí:<br /><br /><a href="http://lapermanenciaoscura.wordpress.com/"><span style="font-size:180%;">La permanencia oscura.</span></a><br /><br />Intentaré ser fiel a una cita regular. Y volveré a visitar a mis amigos.Luis Riverahttp://www.blogger.com/profile/00360452832116667401noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6217316770480206434.post-22306130605225110142010-02-10T03:34:00.000-08:002010-02-10T04:29:39.997-08:00La niebla y la oscuridad<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgiX5jKMoI8Z0MgBpoGvc2tN-j5La1DfdiaaBjMAFF4vAf3yin_2ecCjp2ncWNQPE_sy41pmqy2EKdCh_mhtVG7jz3dXtYT3u0OHPP8n_wMLLqFO9JfypC4WtYfK2T5jkljGCyiP6N_cYQ/s1600-h/IMG_1553.JPG"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 267px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgiX5jKMoI8Z0MgBpoGvc2tN-j5La1DfdiaaBjMAFF4vAf3yin_2ecCjp2ncWNQPE_sy41pmqy2EKdCh_mhtVG7jz3dXtYT3u0OHPP8n_wMLLqFO9JfypC4WtYfK2T5jkljGCyiP6N_cYQ/s400/IMG_1553.JPG" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5436581611122472834" border="0" /></a><br /><div style="text-align: justify;">De repente la niebla. No es que no aparezca cada día, que así amanece casi siempre y hasta media mañana no levanta y deja que se asome el sol, débil primero, radiante y furioso después. Esto excluye los días grises, ni sol ni niebla matutina. En los días grises el paisaje inyecta tristeza en el ánimo: "son días para quedarse en casa", dice Ana. Es la verdad, pero a menudo también se queda en casa los días soleados. La casa es un paisaje, como el prado, y el pueblo, y más allá los prados, los pueblos y en el fondo del horizonte, próximo a veces, las montañas. Si todo es un paisaje, todo es la casa, permanecer en el paisaje equivale a no salir, que solo se sale de lo que es cotidiano. Salir quiere decir ir a descubrir...<br /><br />De repente la niebla, espesa y <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_0">luminescente</span>. Como en los viejos rodajes, cuando se empañaba un objetivo con parafina o vaselina, no recuerda con qué, pero así se conseguía un efecto <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_1">invernal</span>. Basta cerrar el diafragma para conseguir una tarde o un amanecer con neblina, en medio de un sol radiante. La n<span style="font-style: italic;">oche americana</span> es una mentira para construir ficciones que se convierten en verdad. Todo lo que se ve en la pantalla es cierto en cuanto se abre la mágica puerta que atraviesa el espectador y se sumerge en la historia.<br /><br />Pero de repente la niebla sumerge al prado en su seno y lo convierte en uno de esos pueblos que están en lo alto de la sierra, debajo del parque eólico. La primera virtud de la niebla es desdibujar, llenar de vaho el cristal de la mirada, construir un paisaje que lleve a la melancolía. La <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_2">fascinación</span> de la mirada que no es habitual. No hace mucho <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_3">Héctor</span> P..., hablando del uso de angulares y <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_4">teleobjetivos</span> en la fotografía, afirmaba que la magia de sus resultados estribaba en que ofrecían miradas que no eran aquellas a las que el ojo se ha acostumbrado. Seguro que tenía <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_5">razón</span>. Pues eso, la niebla es un efecto óptico, una lenta instalada en el objetivo de la mirada de cada uno.<br /><br />El paisaje que se ve existe de otra manera en la memoria, ni siquiera es en la memoria como si se tratara de un hecho lejano, sino que se trata de la memoria de ayer o anteayer. El paisaje está fijado como una fotografía y viene la niebla y lo altera y lo convierte en un lugar de contornos vagos, de enfoques <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_6">desdibujados</span>, de colores difuminados en los que realmente tiene valor lo que sugieren. Nadie mira un paisaje en la niebla como una realidad permanente, porque al cabo, aquella se levantará y todo <span style="font-style: italic;">volverá a su ser</span>, que es expresión que le gusta emplear a Ana: la empleaba su madre muy a menudo. <span style="font-style: italic;">Todo vuelve a su ser</span>, que es a su manera de ser, o de estar. Se trata de un mínimo y cercano eterno retorno. Por lo tanto la niebla es un accidente, no es perdurable, no está aquí para siempre. Esa es su magia, tal vez, si es que la tiene.<br /><br />La niebla, piensa el Hombre del Prado, se comporta al fin como la oscuridad del contraluz, el violento claroscuro que descubrieron los pintores del Renacimiento, cuando dieron en inventar focos de luz donde no los habían, por mor de encontrar una mirada diferente al minucioso realismo, donde el detalle preciso tenía el valor de la verdad. Todo es cosa de la luz, de la mirada, que es la emulsión sensible a lo que ahí está. La importancia de la oscuridad no es lo que vela, sino que, ocultándolo, permite adivinar, para que sea el pensamiento, el que acabe por reconocer todo lo que ahí está, lo que se ve y lo que no se ve. Al cabo, se dice, todo está, y si no se puede ver se percibe. ¿Es eso el conocimiento? ¿El esfuerzo por ir al corazón de la niebla o a la profundidad de la oscuridad?<br /><br />La casa del prado, al otro lado de las parcelas, o el contorno del bronce que corona un reloj del <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_8">XVIII</span>, se entregan a la mirada mágica que <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_9">rompe</span> con lo cotidiano. Hasta que todo vuelva a su ser.<br /><br /></div><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNTlXxyd4cbXcmunmePXtiKFufg-_jWGUHrk4Gs811hbUUkQN_LGjBThhncdO9eQWcnrNY2fhzsw_SjveS5cVzVD7vQTfj-6qMNRgawdAF84UtvPg7TaJ0WCA6Gc6rEG7JqDO4bMTyJ_s/s1600-h/IMG_1589_2.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 267px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNTlXxyd4cbXcmunmePXtiKFufg-_jWGUHrk4Gs811hbUUkQN_LGjBThhncdO9eQWcnrNY2fhzsw_SjveS5cVzVD7vQTfj-6qMNRgawdAF84UtvPg7TaJ0WCA6Gc6rEG7JqDO4bMTyJ_s/s400/IMG_1589_2.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5436581618658173010" border="0" /></a>Luis Riverahttp://www.blogger.com/profile/00360452832116667401noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-6217316770480206434.post-70140840319385024962010-02-06T02:22:00.001-08:002010-02-06T03:27:48.881-08:00Diálogos esenciales<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4iYcNuv-pq_nZFYf4SP-gCK8R8kK9j9GOqhC0gWe0RRbPuV862MSJID87AeDFosiDteCp2DsuoPVUIoAt5vjpe6fOpB2sFaOczMjaP2kS2Zjtzfh_eF55bAvFMXj4p8vWklm4vfRYQic/s1600-h/IMG_1511.JPG"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 267px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4iYcNuv-pq_nZFYf4SP-gCK8R8kK9j9GOqhC0gWe0RRbPuV862MSJID87AeDFosiDteCp2DsuoPVUIoAt5vjpe6fOpB2sFaOczMjaP2kS2Zjtzfh_eF55bAvFMXj4p8vWklm4vfRYQic/s400/IMG_1511.JPG" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5435090210276409026" border="0" /></a><br /><div style="text-align: center;">¿Qué haces?<br />Nada.<br />¿Cómo nada? ¿No haces nada?<br />Aquí andamos. Nada de nada.<br />Pero, hombre. Nadie hace nada.<br />Ya ves...<br />Pero,. ¿No lees?<br />Si, voy leyendo cosas.<br />Y ¿no paseas?<br />Si, cada día un rato.<br />Y eso, ¿no te gusta?<br />No mucho, lo hago por el colesterol...<br />Y ¿no ves a tus amigos?<br />No tengo amigos...<br />Pero a alguien verás.<br />Si, a alguien, uno o dos conocidos...<br />Entonces... Ya haces algo.<br />Pero es solo por distraerme.<br />Hombre, no, por algo más será.<br />Por pasar el rato.<br />Bueno, claro, todo es pasar el rato. La vida es pasar el rato.<br />Pue eso, solamente por eso.<br />¿Y no disfrutas con todo ello?<br />¿Todo?<br />Lees, paseas, ves a gente: no es poco.<br />Me distraigo.<br />Pues ya está... ¿No es eso lo que se busca?<br />No, me distrae de lo importante.<br />¿Y que es lo importante?<br />Que no hago nada, que no tengo nada que hacer.<br />Hombre, pero... hay muchas cosas que puedes hacer.<br />Dime cuales.<br />Leer, pasear, ver a gente...<br />Eso ya lo hago, dime otras...<br />(Silencio)<br /></div>Luis Riverahttp://www.blogger.com/profile/00360452832116667401noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-6217316770480206434.post-28023769159596346582010-02-04T07:57:00.000-08:002010-02-04T08:18:45.665-08:00Paseo por Madrid<div style="text-align: justify;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgw_Rc1xnOIOoOtEVWjRQ4rRvUT-QhejrHKCWsyFPVXAYi6qXN_FYZcxZjADu4dV1S4e5htnF_ulP70VxySb4lIB-89UNrfdW_LS_8iLO6mLocssRKP8RCvKx2OAGavUDlvEj16zT4LVgo/s1600-h/IMG_1334.JPG"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 267px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgw_Rc1xnOIOoOtEVWjRQ4rRvUT-QhejrHKCWsyFPVXAYi6qXN_FYZcxZjADu4dV1S4e5htnF_ulP70VxySb4lIB-89UNrfdW_LS_8iLO6mLocssRKP8RCvKx2OAGavUDlvEj16zT4LVgo/s400/IMG_1334.JPG" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5434418444899501730" border="0" /></a>Los pueblos son lo que son: un lugar, unas gentes. No hay diferencias entre ellos. Son el paisaje <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_0">circundante</span>. Te rodean, envuelven, <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_1">absorven</span> y finalmente te expulsan si no eres de <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_2">alli</span>. Pero, ¿que es ser de allí? Un paisaje conforta, el de la geografía, y otro inquieta: el de las personas. ¿Que es de allí? Si todo viene a ser desconocido, o en su generalidad muy conocido. Toda arquitectura resulta ser la misma. Todo gesto lo mismo. La mirada tópica es la visión interior, lo que se ve no es lo que es, nunca. Son las ganas de ver lo que crea el paisaje como si se tratara de la morada interior de los místicos. Ya nadie se reconoce tal, sería incluso vergonzoso. Pero la morada interior abre su puerta a la plácida sensación de estar donde debe.<br /><br />Pero ¿que es ser de allí? Existe una geografía íntima que se reconoce cuando nunca fue otra cosa que lo imaginado: los colores, las luces, la parte sombría de la fotografía y finalmente el sujeto que reclama la atención. Añade el sonido que se dejó al pasar, una voz que dijo lo nimio, la banalidad que no estaba dirigida al paseante. Nada más solitario que el <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_3">deambula</span> entre lo desconocido que no parece <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_4">serlo</span>.<br /><br />En el círculo cerrado de la plazuela las sillas se ofrecen a la fatiga y nadie se habla aposentado en ellas. Un banco de piedra, un poyo contra el muro, la <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_5">carpintería</span> urbana de unos asientos que permanecen inamovibles. Cada cual que se siente es un paisaje nuevo. Uno desconocido habla desde un teléfono al fondo y extiende una línea hacia los otros mundos, que están aquí. Se alcanza a <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_6">oír</span> la voz que llega en ráfagas de silencios: yo estoy bien, dice. ¿Te ha llegado el giro?<br /><br />Y luego está la fatiga, la anónima sensación de no ser nadie para los demás; si una para su fatiga, o para su pensar. Anónima para sí misma, se ensimisma y ofrece su cansina belleza a los demás. En la mano el teléfono: ¿a quien va a llamar? ¿O ya lo ha hecho? ¿No hay más que decir? Solamente cabe pasar de largo.<br /></div><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_3qEuaJKxWSevN2BIkD3jF5H5vTiunURMCNkPZ52CxWDDIqvOSRMWTllwPTm6KQeDhK2Wa4mdY9TvI_t82kTHJEfIgiUqmYugBXuLga5jZE7JQ2oT2RDlgHhzljU0c3ogZoP7BcZhyphenhyphenRQ/s1600-h/IMG_1358.JPG"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 266px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_3qEuaJKxWSevN2BIkD3jF5H5vTiunURMCNkPZ52CxWDDIqvOSRMWTllwPTm6KQeDhK2Wa4mdY9TvI_t82kTHJEfIgiUqmYugBXuLga5jZE7JQ2oT2RDlgHhzljU0c3ogZoP7BcZhyphenhyphenRQ/s400/IMG_1358.JPG" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5434422158908917314" border="0" /></a>Luis Riverahttp://www.blogger.com/profile/00360452832116667401noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6217316770480206434.post-2564697328425925622010-01-24T02:54:00.000-08:002010-01-24T03:39:40.126-08:00Barcelona. domingo por la mañana<div style="text-align: center;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjt_KdbCbjFb7dSqajoeJGdg7PSVsTy6h4xeF8sE3mZlYx1akhZMxIpS8xnis0NjKk3jIwqkSxp7abjI0PyDossneI4RLCaZslMF7GhsB6Cp6TCdPeR5NBxmVgEpfqjjevjubBKxSdbD14/s1600-h/Barcelona_20091226_146_2.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 206px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjt_KdbCbjFb7dSqajoeJGdg7PSVsTy6h4xeF8sE3mZlYx1akhZMxIpS8xnis0NjKk3jIwqkSxp7abjI0PyDossneI4RLCaZslMF7GhsB6Cp6TCdPeR5NBxmVgEpfqjjevjubBKxSdbD14/s400/Barcelona_20091226_146_2.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5430260963551284642" border="0" /></a><span style="font-weight: bold;font-size:85%;" >Lo bonito y lo feo<br /><br /></span></div><div style="text-align: center;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtV6dYTHjH0LeQGktGcvKgFkDqy2Ka5h4hEiAx5ENqVvHVZL_P36NPoJsC1VNj4dQZ02OGWfmAHFt6zIitIb85MvE-RIfXE60-ZYPR0YgzItP8bMSrJvlzZiJB7OTTeNVriS6sIHp-aHI/s1600-h/Barcelona_20091227_099.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 298px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtV6dYTHjH0LeQGktGcvKgFkDqy2Ka5h4hEiAx5ENqVvHVZL_P36NPoJsC1VNj4dQZ02OGWfmAHFt6zIitIb85MvE-RIfXE60-ZYPR0YgzItP8bMSrJvlzZiJB7OTTeNVriS6sIHp-aHI/s400/Barcelona_20091227_099.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5430258897190658818" border="0" /></a><span style="font-weight: bold;font-size:85%;" >El reflejo del yo o del tú</span><br /><br /></div><div style="text-align: center;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitZGh85YHUSVT3H9sYwVNrXWT0CnbN_UlQII2xVV5JelGCbb-pdBICYCt-H1giPXGbtGXSLWWaRsS3eD-HLoZ3VSQdlwq7QyTMUUygYabqTkUGKxcCDwlF42lDRTXsl0E56WvSFsgIdD4/s1600-h/Barcelona_20091227_081.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 298px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitZGh85YHUSVT3H9sYwVNrXWT0CnbN_UlQII2xVV5JelGCbb-pdBICYCt-H1giPXGbtGXSLWWaRsS3eD-HLoZ3VSQdlwq7QyTMUUygYabqTkUGKxcCDwlF42lDRTXsl0E56WvSFsgIdD4/s400/Barcelona_20091227_081.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5430258888412870178" border="0" /></a><span style="font-size:85%;"><span style="font-weight: bold;">El <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_0">incio</span> de la indiferencia</span></span><br /><br /></div><div style="text-align: center;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiL-ApPDcsyD-p64_RyG_fj-5_y45WdhgycpjZcaiDnrYp9lFIlvpajBWmd5wa1diTewQ4QN13Fuo17pP0a0r-U_6bE-QHFO20AMTcx1kekTLSPNCsJkDGxxJAgwKby6JUyk6YxqIohAMM/s1600-h/Barcelona_20091227_078-1.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 298px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiL-ApPDcsyD-p64_RyG_fj-5_y45WdhgycpjZcaiDnrYp9lFIlvpajBWmd5wa1diTewQ4QN13Fuo17pP0a0r-U_6bE-QHFO20AMTcx1kekTLSPNCsJkDGxxJAgwKby6JUyk6YxqIohAMM/s400/Barcelona_20091227_078-1.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5430258887412162642" border="0" /></a><span style="font-size:85%;"><span style="font-weight: bold;">El corazón herido</span></span><br /><br /></div><div style="text-align: center;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgTdGayCjnzhSiEA7WpzlAfTth4Up_KJOfZPExUfMoCKtfLFt7eRyXhpKUFJO0pnFGf1EbPPVUNzVuVGl1JQ_9mRHj80EQ7ezgAppMVWSP_Im6DLEPhigTH0rWxMk1DPsFGd5A_ByB5Pyw/s1600-h/Barcelona_20091227_025.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 298px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgTdGayCjnzhSiEA7WpzlAfTth4Up_KJOfZPExUfMoCKtfLFt7eRyXhpKUFJO0pnFGf1EbPPVUNzVuVGl1JQ_9mRHj80EQ7ezgAppMVWSP_Im6DLEPhigTH0rWxMk1DPsFGd5A_ByB5Pyw/s400/Barcelona_20091227_025.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5430258875694440098" border="0" /></a><span style="font-size:85%;"><span style="font-weight: bold;">Aire flamenco</span></span><br /><br /></div><div style="text-align: center;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhb5P6qtyWRhBbZmFa7ogYH0iHEYLGATpKfiMs1aZxrSbUtvpED0oaBgmPaVf6fLlWcD0fMpODlSKwh78Vouaqil3Ag63ipySw6Cpn4lxYjRPUR1YhPUnHal0dg0KrhoqkXo2V-bWauZ7A/s1600-h/Barcelona_20091226_161.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 298px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhb5P6qtyWRhBbZmFa7ogYH0iHEYLGATpKfiMs1aZxrSbUtvpED0oaBgmPaVf6fLlWcD0fMpODlSKwh78Vouaqil3Ag63ipySw6Cpn4lxYjRPUR1YhPUnHal0dg0KrhoqkXo2V-bWauZ7A/s400/Barcelona_20091226_161.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5430258874547804034" border="0" /></a><span style="font-weight: bold;font-size:85%;" >Triste, triste...<br /></span></div><br /><div style="text-align: justify;">Desde la ventana del hotel, el cruce Paseo de Gracia con <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_1">Rosellón</span>, húmedo y gris, se ofrecía como una vista sobre el deambular de indiferencias. Y lo mismo a pie de calle poco después. O al mediodía en el pequeño restaurante de tapas y vinos. ¿Quienes son? Puede uno encogerse de hombros sin prejuicios, está más allá de toda duda que son figuras situadas en el paisaje para la distracción. Pero si bien se piensa es más inquietante pensar en quien es uno para ellos. ¿Me miran? ¿Cómo me ven? O mejor aún, más preciso: ¿Que ven?<br /><br />Es con el <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_2">discurrir</span> del tiempo, cuando se han convertido en imágenes fijas, guardadas en la memoria del disco duro, cuando empiezan a disfrutar de cierta <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_3">familiaridad</span>. No solamente por que se han recortado y <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_4">ta</span> vez ajustado luces y contrastes, lo que ya de por sí entraña una cierta convivencia, sino porque son las que han sobrevivido de una liquidación no exenta de dudas y dolorosas decisiones: se trata de no guardar todas las fotos que se hacen, sino algunas solamente. Es por algo más, por el hábito que tiene el hombre del Prado de mirar de vez en cuando su colección de fotografías y repasarlas, acodándose en la ventana de la vista de hoy y de la memoria. Cada una de ellas tiene un momento que se puede rememorar, un <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_5">momento</span> corto, el <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_6">clic</span> del disparo, o un momento largo, que es el <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_7">recordatorio</span> del paseo en su extensión, un momento <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_8">hecho</span> de momentos, unos detrás de otros. Por lo que sea se han vuelto familiares.<br /><br />Siguen siendo lo que eran, no han <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_9">construido</span> historias sobre ellas, no se han adornado de <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_10">significados</span> ocultos, sino que se han apoderado de un gesto y una actitud que se refleja en el espectador. El coleccionista de fotografías puede acabar convertido en esclavo de <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_11">pequeños</span> arquetipos sugeridos por la mirada sobre la imagen. Cual si se hubiera producido una <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_12">osmosis</span> entre el actor y el espectador, aunque no se sepa bien quien es el uno y quien el otro, la muchacha que camina bajo el paraguas produce tristeza; el japonés que se detiene para consultar el plano un aire de estética flamenca; la pareja con la mendiga el equilibrio entre lo bonito y lo feo; la mujer que sale del restaurante parece que se enfrente a su yo que no lo es; la pareja sentada en el mismo sitio inician el largo camino de la incomunicación; y al hombre que lleva la mano al pecho parece que va a <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_13">dolerle</span> el corazón. Todo es incertidumbre, lo patético de lo incierto es que podría ser verdad. Y con todo ello, el Hombre del Prado los tiene cautivos en sus ficheros para sacarlos a la vista de vez en cuando.<br /><br />Aquella mañana, desde la ventana del hotel, pensaba que había nacido y vivido a unos ochocientos metros de ese lugar que conservando la misma arquitectura urbana le resultaba ahora desconocido pero familiar. Era consciente de que para reconocer el sitio y <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_14">rehabitarlo</span>, debía apelar a la memoria, no al recuerdo de la arquitectura, sino al suyo allí, situarse en el lugar y convertirse en una figura en medio del paisaje urbano. <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_15">Sobreponiendo</span> las dos imágenes, el Paseo de Gracia volvía ser suyo. Mientras contemplaba el cruce tenía la sensación de que el único interés que podía sentir era aquel que le despertaban las figuras anónimas a las que haría suyas enfocando la cámara, acercándolas con el <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_16">teleobjetivo</span> y enfocando con la mejor precisión posible, que ya sus ojos tiene dudas, y presionando con el dedo índice de la mano derecha sobre el botón del disparador. Cada presión una captura; cada captura un secuestro.<br /><br />Una pregunta sirve de colofón a todo lo escrito: ¿Y ellos? ¿Algunos de ellos le habrá visto a él? ¿Y cómo?</div>Luis Riverahttp://www.blogger.com/profile/00360452832116667401noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-6217316770480206434.post-59738263113731739332010-01-20T16:17:00.000-08:002010-01-20T17:31:44.705-08:00Los Túmulos Funerarios<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEisrkeZt8m0CaZSrV3JRDezNauSCkfh9jxx5HW4QdGpUb3ztKnwV7QQAvPF0LFNpibodyDJUEewBWKWne3YX9s7b7EgvX24dPZbgSVBEk24kc0rqSSDDv6LIz8Mv0mtI8Bi3VobXB7N3w4/s1600-h/011+-+casa+en+ru%C3%ADnas_2.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 266px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEisrkeZt8m0CaZSrV3JRDezNauSCkfh9jxx5HW4QdGpUb3ztKnwV7QQAvPF0LFNpibodyDJUEewBWKWne3YX9s7b7EgvX24dPZbgSVBEk24kc0rqSSDDv6LIz8Mv0mtI8Bi3VobXB7N3w4/s400/011+-+casa+en+ru%C3%ADnas_2.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5428981816212602466" border="0" /></a><br /><div style="text-align: justify;">Un rastro de vida, huellas de humanidad, el rastro de lo que está habitado antes de que todo se disuelva en una <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_0">ruina</span>. A menos de un kilómetro del pueblo en el que se <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_1">tomaron</span> estas dos fotografías, se mantiene cercado un túmulo prehistórico. El visitante que quiera verlo tendrá que caminar o conducir, por la ladera que <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_2">sube</span> a un altozano sobre el río, una distancia de un par de kilómetros. El desvío está señalado con un giro a la izquierda según se llega desde Urraca Miguel, por una pista que es un barrizal por causa de las lluvias y la nieve, que se ha deshecho. Entre los dos pueblos solo existe este camino directo, que ninguna administración se ha ocupado en asfaltar. El camino por carretera moderna obliga a llegar a la general de Ávila, girar en dirección a Madrid y tomar luego un desvío a la derecha, que sí conduce a Mediana.<br /><br />El coche patina, las ruedas despiden pegotes de fango, en algún repecho parece dudar la tracción si seguir o no, el cielo encapotado oscurece el paisaje que se abre a los pies en una insólita amplitud y en lo alto, el cercado que guarda los restos se planta en el lateral que inicia una amplia meseta en la que manchas de arbolado invernal se diseminan entre el pastizal. Los <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_3">responsables</span> <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_4">arqueológicos</span> de la provincia han cuidado de señalar con precisión: <span style="font-style: italic;">Túmulo Funerario Prehistórico</span>. En él se explica lo que fue. Ahora es una círculo de hierba, preciso, que se eleva desde el borde al nivel del suelo, hasta el vértice, no más de sesenta o setenta centímetros de altura. Es solamente eso, una mínima elevación, dos metros de diámetro a lo sumo. Sobre él cabe suponer un suelo de pizarras, un muro de piedra, un techado, una cámara funeraria. La base es la única huella: tierra apisonada y hierba.<br /><br />Hace muchos años, sobre los 50, el Hombre del Prado visitaba en el Pueblo Español de Barcelona, una reproducción de una <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_5">masia</span> catalana: <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_6">maniquiés</span> y decorados trataban de mostrar al visitante una reproducción de lo que era el campo, o la vida en el campo. Estaba todo, con prolijo detalle. Aperos de labranza, herramientas, utensilios de cocina, ropas, todo lo que era en detalle el paisaje hogareño de otros tiempos. Más o menos, cuando se construyó aquel lugar en la montaña de <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_7">Montjuich</span>, Julio Camba <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_8">escribia</span> aquella estupenda greguería: <span style="font-style: italic;">"el campo es el lugar en que los pollos corren crudos".</span> Ya entonces se entendía que una forma de vivir en el campo iba quedando <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_9">arrumbada</span> para los museos.<br /><br />Mediados los 80, visitó una isla en Noruega, en la que se conservaba un antiguo pueblo de bacaladeros. Todo estaba como estuvo, calles, casas, también <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_10">maniquies</span>, mobiliario, todo era un rastro del pasado, en esta ocasión con objetos originales. Las prensas y los secaderos para los lomos del pescado, los bidones para el aceite, las camas de madera, literas toscas y una sobria decoración hija de la pobreza. Un guía iba desgranando aquella manera de vivir que ya era pasado, en un tiempo presente en que la extracción de <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_11">petroleo</span> en el mar del Norte y las granjas de salmón, <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_12">trasnformaban</span> al país y lo metían de lleno en la modernidad cosmopolita. El abuelo del joven noruego había sido uno de los habitantes de aquella isla. <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_13">Ibar</span> <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_14">Scholberg</span>, que le acompañaba, le explicó como había nacido en las <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_15">Lofoten</span> y podido alcanzar a ver parte de esa vida, metida ahora en la burbuja de la visita turística. La madre, octogenaria, vivía todavía allí y había cambiado la vieja casa por una magnífica residencia de los servicios sociales.<br /><br />Ante la fachada en <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_16">ruínas</span> que se encuentra en la plaza de Mediana, se acordó de toda esto, o sentó las bases para que el recuerdo fluyera en el momento de sentarse a escribir. La puerta y la ventana nada ocultan, nada dejan de mostrar aunque nadie observe ya los interiores, desnudos del todo, aires <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_17">herrumbosos</span> de lo que fue. Una fachada así no puede menos que suscitarle una enorme melancolía, que es la que produce asomarse a lo triste: lo triste sin <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_18">historia</span>, sin contenido, lo triste como reflejo mecánico de una visión. Se trata del orgulloso aire de la ruina enhiesta todavía, que si no da con ella en tierra una máquina, o un plan de urbanismo, se mantendrá por los tiempos venideros hasta quedar señalizada como el milenario túmulo funerario.<br /><br /><span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_19">Dio</span> entonces en pensar que hace miles de años, o cientos, muchos, <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_20">váyase</span> a saber, que el campo está muriendo de vejez, solamente de vejez. Y se van dejando rastros de lo que fue, no sabe muy bien el Hombre del Prado para qué, a santo de qué esta <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_21">mania</span> de señalarlo todo y <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_22">datarlo</span>, empeñados en que siga siendo lo que siempre ha sido: el constante convertirse en una ruína abandonada.<br /><br />Saliendo de la Plaza Mayor una fachada muestra al sol una colada extendida esperando con paciencia el secado. Un gato blanco se arrebuja contra la puerta. La visión le parece idílica. Hay vida, se dice, todavía hay vida aquí.<br /></div><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSMzfvVnED2uh0qn7dPF3itfKNmXvXepRNtvxwZR_YdCAgK6AZI7DY-lT1C0OSf3uyBB9PSkhB7wBuMc1DHaFvgM8bTIh3keUKBpy6kn4wzrQvkTzHUQx4diR_IeYL7DjNn4j2jDpjtOk/s1600-h/013+-+ropa+tendida_2.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 266px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSMzfvVnED2uh0qn7dPF3itfKNmXvXepRNtvxwZR_YdCAgK6AZI7DY-lT1C0OSf3uyBB9PSkhB7wBuMc1DHaFvgM8bTIh3keUKBpy6kn4wzrQvkTzHUQx4diR_IeYL7DjNn4j2jDpjtOk/s400/013+-+ropa+tendida_2.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5428981825943321010" border="0" /></a>Luis Riverahttp://www.blogger.com/profile/00360452832116667401noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-6217316770480206434.post-7349310335205223642010-01-18T09:42:00.000-08:002010-01-19T03:05:46.686-08:00Urraca Miguel<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWzxCJRvomaa5yFxwL0Y4uKkSLERoX2Ndsko7FSDrZigt20IoWIA0wFt-2lq2XZV8ZzQ1k0mVLDKGRz1WBRPtiZUjnfZbNlXNJThaSE9mO511eEVqXdxgryE60l7Ai9nsMsHKJprtUvjA/s1600-h/001+-+carretera_2.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 266px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWzxCJRvomaa5yFxwL0Y4uKkSLERoX2Ndsko7FSDrZigt20IoWIA0wFt-2lq2XZV8ZzQ1k0mVLDKGRz1WBRPtiZUjnfZbNlXNJThaSE9mO511eEVqXdxgryE60l7Ai9nsMsHKJprtUvjA/s400/001+-+carretera_2.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5428144187158892690" border="0" /></a>
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<br /><meta name="Title" content=""> <meta name="Keywords" content=""> <meta equiv="Content-Type" content="text/html; charset=utf-8"> <meta name="ProgId" content="Word.Document"> <meta name="Generator" content="Microsoft Word 2008"> <meta name="Originator" content="Microsoft Word 2008"> <link rel="File-List" href="file://localhost/Users/Luis/Library/Caches/TemporaryItems/msoclip/0clip_filelist.xml"> <!--[if gte mso 9]><xml> <o:officedocumentsettings> <o:allowpng/> </o:OfficeDocumentSettings> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:trackmoves>false</w:TrackMoves> <w:trackformatting/> <w:punctuationkerning/> <w:drawinggridhorizontalspacing>18 pt</w:DrawingGridHorizontalSpacing> <w:drawinggridverticalspacing>18 pt</w:DrawingGridVerticalSpacing> <w:displayhorizontaldrawinggridevery>0</w:DisplayHorizontalDrawingGridEvery> <w:displayverticaldrawinggridevery>0</w:DisplayVerticalDrawingGridEvery> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:dontgrowautofit/> <w:dontautofitconstrainedtables/> <w:dontvertalignintxbx/> </w:Compatibility> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="276"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--> <style> <!-- /* Font Definitions */ @font-face {font-family:"Courier New"; 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Casi todos son las almas que se fueron, a hacerse capitalinos, aquí y ahora no son ni lo uno ni lo otro. No son los forasteros que por siempres erán desconocidos, pero casi. La gente cambia con los traslados, pierde la esencia, aunque de ésta poco se sabe.
<br /></p><p style="text-align: justify;font-family:arial;" class="MsoNormal">Está al borde de una carretera que fue nacional, de Madrid a <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_0">Ávila</span>, y que se conserva como si desde el tiempo en que la Mesta la tomaba como una avenida de norte a sur en invierno, y al revés en estío, los cambios se hubieran producido por la acción tenaz del paso del tiempo , ayudada escasamente por la mano transformadora del hombre. La carretera es una línea rectilínea, de suaves repechos que de inmediato ofrecen el descenso, una ondulada visión placentera que muestra un asfalto herido por hielos y nieves. Poco discurrida por coches , se ve cortada en perpendicular en la mitad del valle por otra que une las sierras, de collado a collado. En las crestas se alinean los campos de molinos, que a nadie asustan por mucho que giren sus brazos.
<br /></p><div> </div><p style="text-align: justify;font-family:arial;" class="MsoNormal">Para llegar a Urraca Miguel hay que tomar un desvío a la derecha según se va hacia <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_1">Ávila</span> y subir por las estribaciones de la sierra. Poco se sube, la verdad, pocos cientos de metros de carretera que viene a morir en una mbocadura de callejas donde se forma una especie de mesetilla en la que el pueblo se afianza en tierra, raices de piedra hundidas con la tozudez mineral que, instalada por el hombre, ha encontrado el lugar para quedar por tiempo, un largo tiempo con vocación de eterno.
<br /></p><p style="text-align: justify; font-family: arial;" class="MsoNormal"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghN1x1kv4ku5J00FnqkxK9bYY0By7CJplBotuOvhaMFXYngVbRD4JwfVyhhsTnHrZeN4dLh1eUInM2635Jny0bNBbYLlZaNLpC5o-7yTYyJwlPDXHJEwXiHPusvjp7fQR42jygRBPkrZE/s1600-h/calle+urraca.JPG"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 267px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghN1x1kv4ku5J00FnqkxK9bYY0By7CJplBotuOvhaMFXYngVbRD4JwfVyhhsTnHrZeN4dLh1eUInM2635Jny0bNBbYLlZaNLpC5o-7yTYyJwlPDXHJEwXiHPusvjp7fQR42jygRBPkrZE/s400/calle+urraca.JPG" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5428144187854986162" border="0" /></a></p><p style="text-align: justify; font-family: arial;" class="MsoNormal">
<br /></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify; font-family: arial;" class="MsoNormal">Alguien habrá, pero no se ve a nadie; estos pueblos ahora son reinos vacíos. ni una voz habita en este silencio; ni un paso susurra en callejas estrechas que discurren entre tapias heridas por la vejez malllevada, faltas del afeite de la cal, o el revoco. El silencio absoluto está hecho por pequeños sonidos que a fuerza de ser habituales llegan a ser imperceptibles. El bostezar de un perro, el vrujir de algo, un viento encajonado o una ventana que se abre y se cierra llevada por aquel. Silencio al fin, profundo y absoluto.
<br /></p><p style="text-align: justify; font-family: arial;" class="MsoNormal">No tiene plaza, aunque ésta debe de hacer las veces,<span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_2"></span> porque contiene la iglesia y una casa señorial. Es un espacio trazado por la casualidad que se abre mínimamente, no por reunir al paisanaje sino porque allí confluyen calles. Estas plazas hacen las veces de piedra clave de la construcción y se podría pensar que si desaparecieran, todo el ensamblaje de casas y calles se vendría abajo en un revoltijo. No hay un bar a la vista. Ni un lugar de acogida donde entrar a dar los buenos días. Las calles, en curvas caprichosas entran y salen del conjunto de casas para venir a dar al lugar, que además, para hacer más dificil la estada, presenta una pendiente grande e incómoda. Hay bancos de madera, faroles, una cruz de piedra y dos calles en cuesta. </p><div style="text-align: justify;"> </div><p face="arial" style="text-align: justify;" class="MsoNormal">En lo alto del campanario se sobrepone un enorme nido de cigüeñas. En la fachada de la iglesia, la placa tenía algo escrito, ahora sólo rastros que hacen ilegible lo que fuera. Una cruz de piedra señala el final de un vía <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_3">crucis</span> o recuerda a los muertos de un lado en aquella guerra civil que fue, por aquí estuvo, en toda esta sierra que fue frente durante años.
<br /></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="font-family: arial; text-align: justify;" class="MsoNormal">Un viejo aparece volviendo una esquina y queda mirando al forastero. Ambos lo hacen, curiosidad recíproca, sin asomo de disimulo. Al cabo, el saludo es obligado, y enseguida una corta parada del primero que es bien recibida por el otro. Hay en estos encuentros del azar una indecisa actitud que las palabras confortan.
<br /></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="text-indent: -18pt; text-align: justify;font-family:arial;"><!--[if !supportLists]--><span style=""><span style="">-<span style="font-size:7pt;"> </span></span></span><!--[endif]-->¿De paseo?</p><p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="text-indent: -18pt; text-align: justify;font-family:arial;"><span style=""><span style="">-<span style="font-size:7pt;"> </span></span></span><!--[endif]-->Pues sí.</p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="text-indent: -18pt; text-align: justify;font-family:arial;"><!--[if !supportLists]--><span style=""><span style="">-<span style="font-size:7pt;"> </span></span></span><!--[endif]-->No encontrará a nadie por aquí esta mañana.</p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="text-indent: -18pt; text-align: justify;font-family:arial;"><!--[if !supportLists]--><span style=""><span style="">-<span style="font-size:7pt;"> </span></span></span><!--[endif]-->A nadie he visto, solamente a usted.</p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="text-indent: -18pt; text-align: justify;font-family:arial;"><!--[if !supportLists]--><span style=""><span style="">-<span style="font-size:7pt;"> </span></span></span><!--[endif]-->Yo es que salgo cada mañana.</p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="text-indent: -18pt; text-align: justify;font-family:arial;"><!--[if !supportLists]--><span style=""><span style="">-<span style="font-size:7pt;"> </span></span></span><!--[endif]-->Pero, ¿hay alguien más?</p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoListParagraphCxSpLast" style="text-indent: -18pt; text-align: justify;font-family:arial;"><!--[if !supportLists]--><span style=""><span style="">-<span style="font-size:7pt;"> </span></span></span><!--[endif]-->Alguien queda.</p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-left: 18pt; text-align: justify; font-family: arial;">Señala al nido de las cigüeñas.</p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoListParagraphCxSpFirst" style="text-indent: -18pt; text-align: justify;font-family:arial;"><!--[if !supportLists]--><span style=""><span style="">-<span style="font-size:7pt;"> </span></span></span><!--[endif]-->Ya han salido.</p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="text-indent: -18pt; text-align: justify;font-family:arial;"><!--[if !supportLists]--><span style=""><span style="">-<span style="font-size:7pt;"> </span></span></span><!--[endif]-->¿Ya?</p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="text-indent: -18pt; text-align: justify;font-family:arial;"><!--[if !supportLists]--><span style=""><span style="">-<span style="font-size:7pt;"> </span></span></span><!--[endif]-->Si, salen cada mañana. Se van por ahí.
<br /></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="text-indent: -18pt; text-align: justify;font-family:arial;"><!--[if !supportLists]--><span style=""><span style="">-<span style="font-size:7pt;"> </span></span></span><!--[endif]-->¿De paseo?</p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoListParagraphCxSpLast" style="text-indent: -18pt; text-align: justify;font-family:arial;"><!--[if !supportLists]--><span style=""><span style="">-<span style="font-size:7pt;"> </span></span></span><!--[endif]-->Será, sino, ¿donde?
<br /></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="font-family: arial; text-align: justify;" class="MsoNormal"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiw_l7BvJvucnxm6su7BUm1cBUGM8-GL5jDjQiIY-NB8F-kKzMgIZCEc94Yr556Z-4_e0q5Ukclr8p_LJM89Kke05yc10jNSu-5Tdx7iL-3HSnDQkb_kmYLKh1xkOlcMa_NvNVzlmWzRdM/s1600-h/campanario+urraca.JPG"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 267px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiw_l7BvJvucnxm6su7BUm1cBUGM8-GL5jDjQiIY-NB8F-kKzMgIZCEc94Yr556Z-4_e0q5Ukclr8p_LJM89Kke05yc10jNSu-5Tdx7iL-3HSnDQkb_kmYLKh1xkOlcMa_NvNVzlmWzRdM/s400/campanario+urraca.JPG" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5428141790876224690" border="0" /></a></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-left: 18pt; text-align: justify; font-family: arial;">El forastero tose con una blanda, cargada de flemas; es la irritación que le causa el fumar y que se agudiza cuando llega el frío del invierno. Por eso estos días no enciende la pipa más que una o dos veces al día, por tenerla en la boca y sentir el suave y tibio humo del tabaco. El viejo, cuando la oye, sonríe y dice:</p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoListParagraphCxSpFirst" style="text-indent: -18pt; text-align: justify;font-family:arial;"><!--[if !supportLists]--><span style=""><span style="">-<span style="font-size:7pt;"> </span></span></span><!--[endif]-->Esa tos…</p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="text-indent: -18pt; text-align: justify;font-family:arial;"><!--[if !supportLists]--><span style=""><span style="">-<span style="font-size:7pt;"> </span></span></span><!--[endif]-->Si, es por el fumar y el invierno.</p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoListParagraphCxSpLast" style="text-indent: -18pt; text-align: justify;font-family:arial;"><!--[if !supportLists]--><span style=""><span style="">-<span style="font-size:7pt;"> </span></span></span><!--[endif]-->A algunos de los que están allí les he oído yo ese toser.</p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-left: 18pt; text-align: justify;font-family:arial;">Señala al recinto cerrado por una tapia que está añadido al cuerpo de la iglesia. Debe ser, piensa el Hombre del Prado, el antiguo cementerio, que el nuevo está en la parte alta del pueblo y se divisa desde allí mismo. Le parece una broma, si es que ha entendido bien, porque el viejo ha empezado a caminar y la voz se va con él mientras cruza la plaza. Arrastra los pies y eso es un estruendo.
<br /></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="font-family: arial; text-align: justify;" class="MsoListParagraphCxSpFirst"><o:p> </o:p></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="text-indent: -18pt; text-align: justify;font-family:arial;"><!--[if !supportLists]--><span style=""><span style="">-<span style="font-size:7pt;"> </span></span></span><!--[endif]-->Pues venga, a cuidarse.</p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="text-indent: -18pt; text-align: justify;font-family:arial;"><!--[if !supportLists]--><span style=""><span style="">-<span style="font-size:7pt;"> </span></span></span><!--[endif]-->Adiós – dice el Hombre del Prado.</p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" face="arial" style="margin-left: 18pt; text-align: justify;"><!--[if !supportLists]--><span style=""><span style="">-<span style="font-size:7pt;"> </span></span></span><!--[endif]-->Con Dios – dice el otro, que llega ya a embocar la calle en que descansan dos perros.</p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 18pt; font-family: arial; text-align: justify;">Las fachadas de las casas que mantienen alguna prestancia, conviven con las ruínas de las otras, y entre ellas las coichiqueras abren su espacio, de altura reducida y con el orden de tejas hecho armonía. Por ese corredor estrecho embocarían antes las ovejas para pasar la noche dentro. Cae el Hombre del Prado que no ha oído un sonido de ganado, que la tierra es de eso, ovejas y vacas para carne. Algunos que se refieren al ayer ompreciso, dicen que en todo el pastizal que es la larga nacional, el bovino era incontable: ahora no, aparece disperso. En el próximo pueblo, Mediana, se encontrará al entrar con una hato de ovejas y eso le alegrará la vista: aquí no se ven, ni se oyen.
<br /></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 18pt; font-family: arial; text-align: justify;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgN-6x3zzV9NNBeRVGRzLok-6uweyvgW6Q2qkyQaLtfvd_HzH7wAFse8vOuzKZUBn2Fmpg-qhjjrxLeeDXegltWBaQArBfchiUYGAdeV7HNEGy-VNwbHX40ClyAYtXDye5evr5TpLNylrI/s1600-h/006+-+cochiquera_2.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 266px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgN-6x3zzV9NNBeRVGRzLok-6uweyvgW6Q2qkyQaLtfvd_HzH7wAFse8vOuzKZUBn2Fmpg-qhjjrxLeeDXegltWBaQArBfchiUYGAdeV7HNEGy-VNwbHX40ClyAYtXDye5evr5TpLNylrI/s400/006+-+cochiquera_2.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5428141781597582066" border="0" /></a></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 18pt; font-family: arial; text-align: justify;">Despacioso, camina calle arriba hacia el coche. Una puerta de madera de mal pintados azules y verdes ofrece un toque de color, una declaración de modernidad, piensa con humor.
<br /></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 18pt; font-family: arial; text-align: justify;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_b-noinApoQ2ePMzHOwtSvi-HuphyphenhyphenHR8Dw0ZODV5GYcY1KRQE2_miJaGW43UjgWjUjc5cJC_iVJmgGwDnGw3Sbk-_YrmNERfRHudb0820lv2Vz8oOM3oco2c29uis5jToX77jcfGTjgA/s1600-h/puerta+azul+urraca.JPG"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 321px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_b-noinApoQ2ePMzHOwtSvi-HuphyphenhyphenHR8Dw0ZODV5GYcY1KRQE2_miJaGW43UjgWjUjc5cJC_iVJmgGwDnGw3Sbk-_YrmNERfRHudb0820lv2Vz8oOM3oco2c29uis5jToX77jcfGTjgA/s400/puerta+azul+urraca.JPG" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5428141798216718530" border="0" /></a></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 18pt; font-family: arial; text-align: justify;">
<br /></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 18pt; font-family: arial; text-align: justify;">Calle arriba el pueblo se desvanece en la era, donde unos chopos forman un hermoso paisaje, un equilibrio visual para el espíritu. Toma un camino encharcado y sigue subiendo. Amenaza lluvia, el cielo se encapota cada vez más y la luz se apaga, aunque sean solamente las doce del mediodía.
<br /></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 18pt; font-family: arial; text-align: justify;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhB4UHCGHKnNPMC7YpXvDFhLNZm1nKJlIHu8w0MyVc1HlspnHVRfZp0YiCImODPXx6SeJ3UW3MupVrCiWNNecdUjsEVyzj6ffKl1B3VZenLPYi5MuHvpQumL1s9i6SLUqVYCvzl0Z4Jk2E/s1600-h/002+-+paisaje+3+%C3%A1rboles_2.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 266px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhB4UHCGHKnNPMC7YpXvDFhLNZm1nKJlIHu8w0MyVc1HlspnHVRfZp0YiCImODPXx6SeJ3UW3MupVrCiWNNecdUjsEVyzj6ffKl1B3VZenLPYi5MuHvpQumL1s9i6SLUqVYCvzl0Z4Jk2E/s400/002+-+paisaje+3+%C3%A1rboles_2.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5427997065334603986" border="0" /></a></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 18pt; font-family: arial; text-align: justify;">
<br /></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 18pt; text-align: justify;"><span style="font-family:arial;">NOTA AL FINAL: Al fijar la atención en la fotografía de la calle, con la casa blanca frente a la que toman el sol los dos perros, desvubre en el portón practicable de la entrada a una mujer, que invisible para él durante su visita, fue seguramente quien cerró la ventana al reparar en el forastero. Los habitantes se asoman a las fotografías, invisibles para los forasteror.</span>
<br /></p> <!--EndFragment--> Luis Riverahttp://www.blogger.com/profile/00360452832116667401noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-6217316770480206434.post-35171555595015274842010-01-17T10:37:00.000-08:002010-01-18T01:30:44.621-08:00La Mirada Tópica.<div style="text-align: center;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhB4UHCGHKnNPMC7YpXvDFhLNZm1nKJlIHu8w0MyVc1HlspnHVRfZp0YiCImODPXx6SeJ3UW3MupVrCiWNNecdUjsEVyzj6ffKl1B3VZenLPYi5MuHvpQumL1s9i6SLUqVYCvzl0Z4Jk2E/s1600-h/002+-+paisaje+3+%C3%A1rboles_2.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 266px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhB4UHCGHKnNPMC7YpXvDFhLNZm1nKJlIHu8w0MyVc1HlspnHVRfZp0YiCImODPXx6SeJ3UW3MupVrCiWNNecdUjsEVyzj6ffKl1B3VZenLPYi5MuHvpQumL1s9i6SLUqVYCvzl0Z4Jk2E/s400/002+-+paisaje+3+%C3%A1rboles_2.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5427997065334603986" border="0" /></a><span style="font-weight: bold;font-size:85%;" >Otero a la salida de Urraco Miguel (Segovia)</span><br /></div><br /><br /><div style="text-align: justify;">Fue cosa del silencio que mantiene, de la idea de tener que felicitar el año. Lo cierto es que se ha abstenido de devolver felicitaciones de navidad; hace <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_1">algunos</span> años que no lo hace, y el proceso natural de selección ha dejado a tres o cuatro corresponsales <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_2">esforzados y considerados</span>, además de los bancos con los que mantiene cuenta abierta, la compañía de electricidad, telefónica y el corte inglés, siempre tan considerado... Y quería <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_3">hacerlo</span> en esto del blog, porque estaba llegando al final de dos pensamientos que debían, así sentía que iba a pasar, converger:<br /><br />Uno es que es inútil felicitar algo nuevo que nunca lo es, porque no puede ser nuevo aquello que permanece y continúa. Y dos: el blog anterior, sin ideas concretas sobre él, le agobiaba y sentía que faltaba a la mínima corrección para con aquellos pocos amigos fieles. ¿Los llama amigos? ¡Claro! ¿Así los siente! Ellos si le han enviado, por correo o desde el último post un cariñoso saludo, y el Hombre del Prado, taciturno como de habitual, o <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_4">sombrío y desde luego enredado en sus oscuridades</span>. ¡Vaya uno a saber!<br /><br />Desde siempre ha tenido una idea fija en la cabeza: acerca de esto del escribir, no hacerlo si no se sabe el qué. O para qué. O Porqué. A fin de cuentas, escribir es una habilidad que mejora con el tiempo; o empeora a veces, váyase a saber, pero es sobre todo una habilidad. Esa habilidad nace de una pulsión: la necesidad irresisitible de decir. La experiencia le ha enseñado al Hombre del Prado, y esta reflexión solo tiene valor y sentido para él, que la habilidad se puede convertir en banalidad y la <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_6">pulsión</span> desembocar en neurastenia. Una mirada irónica sobre sí mismo, si es que fuera capaz de proyectarla, le hace pensar que ha estado mejor callado durante tantos años. Hasta que empezó el blog anterior, que tuvo al fin y al cabo un efecto <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_7">terapéutico</span>, una larga y profunda confesión consigo mismo después de tantas decenas de años de no <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_8">hincar</span> su conciencia ni siquiera ante el espejo, para acabar descubriendo que todo lo aprendido es materia sobre nada, <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_9">voluta</span> de humo, o humo de pajas, o quien sabe qué.. Que uno cree que se construye a sí mismo desde lo más original, cuando la realidad es que los materiales se los dan para la obra, de serie y numerados para su mejor y más fácil colocación. Pues hasta que empezó el blog anterior no sintió la urgencia de escribir porque tenía algo, el inicio de un ovillo d el que cabe tirar para llegar al final: el corazón del ovillo es siempre el <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_10">ultimo</span> hilo sobre un vacío, la vida después de todo. perpo desovillar es una necesidad que está en las manos y estas conocen el gesto. Y al mismo tiempo surgió Ático: fue por ese tiempo que lo descubrió en el foro romano, debajo del arco de Augusto, junto a lo que queda del Templo de Vesta, donde fue a refugiarse <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_11">Terencia</span> cuando las proscripciones buscaban la cabeza de Cicerón, en aquel enero del 43 <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_12">aC</span>.<br /><br />Pero aquel blog expiró, y sus esfuerzos por <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_13">reanimarlo</span> le llevaban al fracaso. De nuevo la habilidad, sin <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_14">pulsión</span>. ¿Qué decir? Es como acudir cada día al foro... Se puede hacer si uno se contenta con callar en ocasiones, pero si se empeña en hablar, y ni tiene discurso ni ideas, ¡que esfuerzo ímprobo! Y con el blog dando coletazos, llegaron las felicitaciones de año nuevo, una angustiosa cortesía, más angustiosa si cabe, pues tanto más la agradecía, tanto más sentía que les debía algo. ¿A que ese exilio de la virtual página en blanco? <span style="font-style: italic;">"¿No escribes en tu blog? Lo digo porque entro y veo que no...?"</span> Pues, naturalmente que no. Si entras y no estoy es que no he ido, no cabe la menor duda.<br /><br />Pero un día le miró a la cara un perro pequeño, delgado, solitario, en un pueblo de la sierra de <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_15">Guadarrama</span>, realmente en un contrafuerte de ella, yendo hacia <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_16">Ávila</span>. Él conducía: estaba la soledad dueña del sitio, nadie sino las almas aburridas de dos perros tomando una sombra de sol <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_17">invernal</span>, entre nevada y nevada, entre ventolera y lluvia- Le había dado por tomar un desvío a la derecha, que le llevó a un pueblo a través de ese otero de la fotografía, en el que unos chopos se alinean con vocación zen frente a un poste de la modernidad de ayer, .Un pueblo que sin estar abandonado estaba vacío, a salvo de dos perros dispares, comodón el uno, el grande,; y muy tenso y atento el pequeño, que no le quitó ojo en todo su vagar por la plaza, fotografiando el vacío, que lo es cuando no hay gente.<br /><br />Ahí estaba aquello que se ocultaba a la mirada del hombre pues éste no estaba: ¡<span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_18">Ah</span>, le permanencia oscura! Es frase de <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_19">Sartre</span> que le gusta mucho al del Prado, lo único del filósofo que le ha quedado en la cabeza. La permanencia oscura con dos perros guardianes. Ni un ladrido, ni un gruñido, la atención puesta en ese tipo que caminaba calle arriba y abajo, cámara de fotos en la mano, ojo avizor. El ojo percibió una ventana abierta y al volver a pasar la habían cerrado, algunos, alguien, algo, se recató: sería por no ver al extraño.<br /><br />Y los perros allí, acomodados cada cual en su función, apoyados los lomos del uno en el otro, siempre en contacto, como los viejos matrimonoios en la cama que se buscan en un roce. Fue a sentarse en un poyete de piedra adosado a un muro de cantería, y les hacía fotos. Les hablaba como se habla a los que uno encuentra por el lugar e intuye prometedora , corta y amistosa charleta. <span style="font-style: italic;">¿Cómo estáis? Yo me voy enseguida. ¿Que tal es este pueblo? ¿Os tratan bien?</span> <span style="font-style: italic;">Me esperan a comer, si no me quedaría...</span> La mirada del pequeño era toda interés, fija en él visitante; su tensión se adivinaba en un ligerísimo temblor de todo el cuerpo, un excitado temblor. El grandote nada, cabeceaba, bostezaba, dejaba reposar la cabeza sobre las patas delanteras y suspiraba de vez en cuando de aburrimiento, o satisfacción, que venía a ser una misma cosa. Pero el pequeño permanecía atento a las palabras y parecía querer corresponderlas.<br /><br /><br />Y entonces llegó la <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_22">pulsión del blog, lo tuvo allí delante</span>. Estaba en la mirada del perrillo que, según él, trataba de verle y comprenderle, aunque no lo sabía realmente. Cómo se puede interpretar la mirada de un perro que tiembla de excitación? Dió con la expresión justa, porque cayó en la cuenta de que estaba interpretando la mirada del perro desde la ignorancia más absoluta, desde el imposible conocimiento, era la suya una mirada tópica y ahí estaba, lo comprendió como el rayo, el que decir del blog, la razón para continuar: <span style="font-weight: bold;">La Mirada Tópica. </span><span>Escribiría sobre todo lo que la mirada, desarmada de conocimiento, fuera capaz de aventurar con la vanidad de creer que intuir es saber.</span><span style="font-weight: bold;"> </span> El nuevo blog estaba ahí, en sus salidas por los pueblos de la sierra, tantos y tan olvidados que se dirían <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_24">inexistentes</span>, que a veces cuando <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_25">entra</span> en uno piensa en el <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_26">Comala</span> de Juan <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_27">Rulfo</span>, que además era <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_28">fotógrafo</span>; le pasó en <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_29">Sotosalbos</span> hace un par de meses, desierto de gentes al mediodía, que no vió a nadie en su deambular, cuando pensó que todos sus habitantes estaban convertidos en piedra en el pórtico de la ermita, tallados en la caliza: uno junto al otro, músico junto a guerrero, y al lado lavandera, panadero,.. Vete a saber que hacía el pueblo ahí arriba. Pero esto no lo pensó en la plaza del pueblo, sino al <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_30">ver</span> las fotografías en la pantalla del ordenador, cuando en vez de revelarlas él en la cubeta, del laboratorio se le revelaron a él en la pantalla.<br /><br />He ahí, se dijo, La Mirada Tópica: la de la imagen desnuda extrayendo razones y sentimientos de la nada. Acepta que nada tiene que ver con la realidad y que ésta existe solamente cuando tropiezan dos miradas diversas. La realidad es confrontación, lo otro es una construcción sistemática hecha desde el interior de cada cultura en una, digamos, aceptación de las reglas de comprensión, algo de esto se ha dicho más arriba. Esta mirada tópica que se pretende fotografiar, nace del encuentro con un sujeto sobre el que nada se sabe y todo se imagina. ¿No es esa la norma al uso?<br /><br />Ya tiene blog, ya existe una razón para seguir, que lo otro es deambular como tonto por lo oscuro, y ahora sí, es inexcusable desear lo mejor a sus amigos, aquellos que vienen por aquí y le desean feliz año. ¡Que todo siga bien, amigos míos!<br /></div>Luis Riverahttp://www.blogger.com/profile/00360452832116667401noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6217316770480206434.post-5810620506004015942009-12-23T09:54:00.000-08:002009-12-23T11:44:26.049-08:00La civilización perdida<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjps70FBjL5T6XUQ4BJvzoyY6C9-j2VYQkgxicWMQxVKNKd2gr6FdxGh2tK6cvxqYinMVzfq-52Rvd_MLyGQmd1tDVMsJmYnF7BnMKO41EsURf7mRBBWz4_wcTZoAAHfbGWqYGLdxWMB80/s1600-h/IMG_8487.JPG"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 267px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjps70FBjL5T6XUQ4BJvzoyY6C9-j2VYQkgxicWMQxVKNKd2gr6FdxGh2tK6cvxqYinMVzfq-52Rvd_MLyGQmd1tDVMsJmYnF7BnMKO41EsURf7mRBBWz4_wcTZoAAHfbGWqYGLdxWMB80/s400/IMG_8487.JPG" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5418492191568238178" border="0" /></a><br />Un corto trayecto de unos treinta kilómetros. ¿Había nevado allí?, ha preguntado Ana. Si, contesta, más bien ha delineado. Negro y blanco en perfecta armonía, lineal, geométrica. O ha sido un pastelero <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_0">espolvoreado</span> <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_1">azucar</span> molido sobre los macizos. Es un juego para la imaginación. <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_2">Ariadna</span>, que ha visto las fotos en <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_3">Flickr</span> le ha enviado un correo (¿porqué sigue negándose a llamarlo <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_4">email</span>?) donde le dice que le gustan porque <span style="font-style: italic;">"tienen un rollo medio romántico medio fin del mundo"</span>, y añade: <span style="font-style: italic;">porque el tiempo se ha detenido, no sé, me ha dado esa sensación.</span> Mientras caminaba por los jardines no había un alma, apenas alguien, podría contarlos desde la memoria: una pareja de mediana edad que le ha pedido que les fotografiara; dos <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_5">quinceañeras</span> se tiraban bolas de nieve mientras una tercera trataba de tomar la foto con aquella en el aire; una pareja <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_6">latinoamericana</span> que deambulaban, iban sin aparente objetivo; un hombre maduro, de la misma edad tal vez que el Hombre del Prado, perdidos en los mismos pensamientos sería; cuatro mujeres (señoras) <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_7">orondas</span> que charlaban y charlaban entra <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_8">exclamaciones</span> de admiración. Frente al dorado efebo que monta un brioso corcel, una ha preguntado a las demás si sería de oro, y las otras ¿Pero vamos! !Mira que serás...! El corcel, inmóvil en el aire, llega desde la dimensión del tiempo muerto, un espacio habitado solamente por la memoria. Condenado a ese gesto para siempre.<br /><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrvYS9E4kWKnpffkuHQimfO3yjX5OWT9xs7N5Lyig95m_3jydXQQdOC-JaAHgSWzg2bPsBp0INnBjPorLYOB23B5F6SCLtDSpZnVmbTbG1pfxt9PiBIf8QZqrTR_0rgVY7_kMZGu_5K5g/s1600-h/IMG_8555.JPG"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 399px; height: 267px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrvYS9E4kWKnpffkuHQimfO3yjX5OWT9xs7N5Lyig95m_3jydXQQdOC-JaAHgSWzg2bPsBp0INnBjPorLYOB23B5F6SCLtDSpZnVmbTbG1pfxt9PiBIf8QZqrTR_0rgVY7_kMZGu_5K5g/s400/IMG_8555.JPG" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5418497992521598722" border="0" /></a>Un hombre descendía solitario unas escaleras, más bien gradas, a lo lejos, casi disuelto en el tiempo detenido. Solo él se movía, lentamente. ¿Qué puede haber perdido en ese paseo solitario, en el que su persona es todo cuanto tiene? También mis pensamientos, diría si fuera el Hombre del Prado, y este lo comprendería: Claro, y ya es mucho. En el ámbito de estas gradas cabe decir <span style="font-style: italic;">y nadie más</span>, que suena a multitud perdida. <span style="font-style: italic;">Nadie más</span> eres tú y no otros, eres tú y ninguno.<br /><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjhedDibGMdiNkf_5xkJivTB8hvpUTxUxNueGG9vGmIyv7bcIsqH-_cvc-HRX7CxIgo6jHsLwHerszElbo1iRSnH1OuNHr8KT3BSU78j1-454gcXlxag2GlGdO-RZEZY99mfVABuT2cLpo/s1600-h/IMG_8510.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 267px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjhedDibGMdiNkf_5xkJivTB8hvpUTxUxNueGG9vGmIyv7bcIsqH-_cvc-HRX7CxIgo6jHsLwHerszElbo1iRSnH1OuNHr8KT3BSU78j1-454gcXlxag2GlGdO-RZEZY99mfVABuT2cLpo/s400/IMG_8510.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5418516212701531042" border="0" /></a><br />Nadie más, ninguno, en este espacio que parece salido de un tratado de arqueología. Se trata, es evidente, de una <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_9">civilización</span> perdida. Alguno pensará que llegada desde otro ámbito, no quiere decirse que desde el pasado, sino desde un lugar de la memoria recreada y desde la imposible familiaridad del volumen y la superficie. Al fin, la geometria diseña los tiempos, los caracteriza. Poco tienen de humano estas dimensiones, se dice el visitante de ahora, ni estos espacios <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_10">vacios</span>, ni este equilibrio que es el placer más puro para la mirada. Si el tiempo pasado es un recuerdo, sea, de ahí viene todo. Falta la música, y por fortuna no hay sonido que se atreva con esta quietud, solamente sería admisible el zumbido del proyector en una sala vacía de un cinematógrafo. Si, eso sería posible. Una pantalla y un zumbido, un foco de luz tililando sobre las cabezas, las butacas medio vacía, o más de medio, que esta también es una civilización que se pierde, en sus cosas de siempre, que son en realidad tan breves.<br /><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnDZeYNhQlaSzYiryotKE6qavQxMWVKCLxRjXtJW3iuP_bu_Rl82-skADJwsoE3Rf9xJCzJEOjTzh6YWUCC8ZzPbF3CZrUaxwTWnV0CO0NxmFBhQKFw9c4IEKHP7ItTxXz7ZooTHaPB9A/s1600-h/IMG_8669.JPG"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 341px; height: 227px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnDZeYNhQlaSzYiryotKE6qavQxMWVKCLxRjXtJW3iuP_bu_Rl82-skADJwsoE3Rf9xJCzJEOjTzh6YWUCC8ZzPbF3CZrUaxwTWnV0CO0NxmFBhQKFw9c4IEKHP7ItTxXz7ZooTHaPB9A/s400/IMG_8669.JPG" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5418518733523577090" border="0" /></a>Y al fin se abren las puertas de la sala inmensa y hay que dejar el lugar, volver al coche, dejar la bolsa con la cámara en el asiento de al lado del conductor, sentarse ante el volante y nada más, volver, al tiempo, hoy.Luis Riverahttp://www.blogger.com/profile/00360452832116667401noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-6217316770480206434.post-53401810353043007062009-12-21T07:40:00.000-08:002009-12-21T08:06:03.665-08:00Uns de dos<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEje_udw5Oe1p320hKjerxG9HynDALQfHLwEZeEpMDhIxTrWyRoI0CbM-wWItLnNpyPl-wGxMsa8N_KlceFgm0ELkvyTa-vhbyjdkd3317waiIu1rIbBKn8cpuC3X4MQ-mkBwiPdVbZL3ik/s1600-h/IMG_8476.JPG"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 267px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEje_udw5Oe1p320hKjerxG9HynDALQfHLwEZeEpMDhIxTrWyRoI0CbM-wWItLnNpyPl-wGxMsa8N_KlceFgm0ELkvyTa-vhbyjdkd3317waiIu1rIbBKn8cpuC3X4MQ-mkBwiPdVbZL3ik/s400/IMG_8476.JPG" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5417721361196892482" border="0" /></a><br /><img src="file:///Users/Luis/Library/Caches/TemporaryItems/moz-screenshot.png" alt="" /><br /><br />Dos cosas, son cosas realmente, le llaman la atención. En un blog y con respecto a a un comentario sobre algo de Platón, alguien comenta que <span style="font-style: italic;">todo está zanjado</span>. Nada más lejos de la idea del Hombre del Prado que hacer un juicio de valor sobre quien así expresa la seguridad que tiene en su propio pensamiento.<br /><br />En otro blog acerca del libro de <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_0">Tanizaki</span> <span style="font-style: italic;">Elogio de la sombra</span>, un comentarista afirma que un libro nunca será para él si no existe en papel y con cubiertas. Fácil es simplificar, pero el <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_1">trnasfondo</span> es ese.<br /><br />Conviene, si que conviene aunque los lectores sean poco y amigos fieles, de esos que uno piensa que le van a perdonar cualquier <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_2">responsabilidad</span>, que quede claro que los blogs a los que se menciona de pasada, son de los diez o doce a los que acude una vez a la semana, y con cuyos autores cree tener una firme y sólida a la vez que <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_3">etérea</span> amistad. De ahí la confianza de citarlos, y de no <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_4">relacionarlos</span> con un <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_5">link</span>, porque no es ese el sentido polémico, que no existe, de estas líneas.<br /><br />¿Zanjado? ¿Qué puede estar zanjado hoy en día? En este mundo <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_6">pluri</span> social, <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_7">multi</span> cultural, <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_8">poli</span> ideológico, donde toda <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_9">construcción</span> se aleja cada vez más pues está hecha sobre pilares más lejanos, del hombre, del individuo en singular, del que uno no sabe ya si <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_10">existe</span> o no, y tiende a creer que no, ¿que puede estar zanjado si no el absoluto derecho a la duda? No cabe entrar aquí en <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_11">explicaciones</span> sabias sobre lo que es o no, sobre la certeza o la incertidumbre. Basta, para entender el sentido de este post, entender el carácter reverencial que siente el hombre del Prado por los <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_12">Platones</span> y los <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_13">Lucrecios</span>, que en el mundo han sido, no solamente por lo que escribieron sino por el testimonio de su vocación pensadora.<br /><br />Y yendo a <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_14">Tanizaki</span>, <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_15">acostumbrado</span> a hablar de este libro con algunos conocidos, tal vez convenga manifestar el asombro que casi siempre le asalta, cuando entiende que se interpreta el texto desde la nostalgia del autor por su mundo perdido, sin comprender que en su sentido dialéctico, la nostalgia es individual y hermosa, ¿que duda cabe?, pero el futuro es de la electricidad. Por <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_16">resumir</span>: ¿<span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_17">Vistonti</span> o <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_18">Bertolucci</span>?<br /><br />Y por eso, uno detrás de otro, dios nos libre de creer que todo está zanjado. ¿Qué sería de nosotros?, piensa el Hombre del Prado.Luis Riverahttp://www.blogger.com/profile/00360452832116667401noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-6217316770480206434.post-42946515905008412862009-12-08T03:06:00.001-08:002009-12-08T03:17:52.564-08:00Cómo pasa el tiempo.<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigUyVHom2CmwK1tVp7_fqE_AyzhF_SUkxudnj7CzNoP2Dpm09R8Vc8VUq77mTdkkLD52Re6Zsoql1rSrtMJw1z2eD1MBolj3cr2MKO8gNbfWUqZjwdGglv_XvPMzrJNUOO3NEVGu4upgw/s1600-h/IMG_7665.JPG"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 267px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigUyVHom2CmwK1tVp7_fqE_AyzhF_SUkxudnj7CzNoP2Dpm09R8Vc8VUq77mTdkkLD52Re6Zsoql1rSrtMJw1z2eD1MBolj3cr2MKO8gNbfWUqZjwdGglv_XvPMzrJNUOO3NEVGu4upgw/s400/IMG_7665.JPG" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5412822519687557138" border="0" /></a><br /><span xmlns=""><p> Casi un mes sin escribir un post. Lo mismo para entrar en el blog y leer los que suele frecuentar. Es demasiado tiempo, piensa. No es que no haya sentido la querencia de hacerlo, el impulso en el pensamiento y un hormigueo imaginario en las yemas de los dedos. Es simplemente que ha actuado por voluntad propia, encerrado en la corrección de los primeros trescientos folios de la novela, que más que un placer se ha convertido en una maldición. Cada cual tiene su Capilla Sixtina.<br /></p><p> La vida alrededor sigue su curso. No sucede nada sino es lo de cada día. Se ha recuperado el paisaje de la costa porque se ha salido a caminar por la playa, a seguir la senda de los acantilados, a visitar el puerto de pescadores de Santa Pola al caer de la tarde y a contemplar, con asombro el sobrevuelo del mar de las gaviotas y la rebatiña que forman cuando desde la borda, por popa, los pescadores arrojan despojos. Ellas van cada tarde a recibir a los barcos mar adentro, y cuando llegan a la bocana, por encima de ellos y siguiéndoles, como un enjambre de moscas, están las aves, perdida la compostura, impacientes por el bocado de la cena.<br /></p><p> Por la tarde los folios esperan. Decenas, centenares de adjetivos, son borrados sin misericordia. Y frases enteras. Párrafos. Todo lo que sobra en el texto son los flecos de la inspiración arrebatada. Alguien dijo que hay que escribir una primera versión como sale de dentro, sin la menor contención; después hay que volver a escribir. Y volver. Y otra vez. Lo barroco sin sentido es un absurdo, no conduce a nada sino al aburrimiento. Del lector, incluso del escritor que al corregir es lector. Una mecánica distracción lleva a leer sin corregir, pasar por encima de lo suprimible sin percibirlo. Hay que dejarlo entonces: ir a la cocina, calentar agua para el té, salir a la terraza y mirar hacia el mar. Volver a empezar, si la página no está emborronada de muchas tachaduras, al acabar de repasarla, es que no se ha hecho bien la tarea.<br /></p><p> Hace dos semanas les visitó su hija en el bosque. Ella hablaba y hablaba en la cocina, de su vida. Hablaba de la pareja, de la necesaria lucha por mantenerla. Ellos dos la escuchaban arrobados. Hablaba desde casi dos generaciones por delante y parecía sabía: libre y sabia. Él sintió un mordisco de envidia. ¡Ah, si hubiera sabido! O podido. ¿Quién sabe? Miraba el rostro de la muchacha hablando sin parar y, fue cosa de un instante la transformación, dejó de ver a la muchacha que siempre veía para estar frente a la mujer de treinta y cinco años que es ahora. Son cosas que pasan de tiempo en tiempo. ¿Desde cuándo es ella para ti?, se preguntó. Desde ahora mismo.<br /></p><p> Ahora deja de escribir, porque espera la playa, el camino de arena húmeda, endurecida, en el que se abaten las olas.<br /></p><p> </p></span>Luis Riverahttp://www.blogger.com/profile/00360452832116667401noreply@blogger.com13tag:blogger.com,1999:blog-6217316770480206434.post-66598508799224191672009-11-10T03:22:00.000-08:002009-11-10T15:52:04.339-08:00Sotosalbos<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7WaTYkBAQPIm0kOaz-Q6_u1JO22uGaAoMvsvMzjgQmNzpl1Z8PJMYJq9jPFVm1WzDZbCkzXy-2YntIXPRf-QjSX77SZX7N8g9UyBPulcW8eWqdSMmZc0WFgJTmX50D3kwhaNb-NFS-WY/s1600-h/IMG_6936.JPG"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 267px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7WaTYkBAQPIm0kOaz-Q6_u1JO22uGaAoMvsvMzjgQmNzpl1Z8PJMYJq9jPFVm1WzDZbCkzXy-2YntIXPRf-QjSX77SZX7N8g9UyBPulcW8eWqdSMmZc0WFgJTmX50D3kwhaNb-NFS-WY/s400/IMG_6936.JPG" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5402625205575563410" border="0" /></a><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRUoZSv9VrSXDw7KCmG5dIJdZHkGFNNbXn5HJMdCY1wF9I9kU_yLFyyniwRCS-NTpJVBajUbNRl87ZKYIHeHNXEjou4M2jdcmmGjDX4o4ZA8ZYY2J9nxlHeIl3d-O_D5X7BOQ4Vj_4n9I/s1600-h/IMG_6998.JPG"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 267px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRUoZSv9VrSXDw7KCmG5dIJdZHkGFNNbXn5HJMdCY1wF9I9kU_yLFyyniwRCS-NTpJVBajUbNRl87ZKYIHeHNXEjou4M2jdcmmGjDX4o4ZA8ZYY2J9nxlHeIl3d-O_D5X7BOQ4Vj_4n9I/s400/IMG_6998.JPG" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5402625204031809298" border="0" /></a><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjC5PFE6XhSMBuBR0mtxtw8-i-JsfoTn-PxU6je8xXR8P6kkv5TK45GhLgpkSwc4Etv6ePTfBS2r5arHbbFZHHh0Mvu4a1xemrYnmCdllqAbVy_wxbRvO0HZL083iuWy39o2Lte5tcWSog/s1600-h/IMG_6997.JPG"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 267px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjC5PFE6XhSMBuBR0mtxtw8-i-JsfoTn-PxU6je8xXR8P6kkv5TK45GhLgpkSwc4Etv6ePTfBS2r5arHbbFZHHh0Mvu4a1xemrYnmCdllqAbVy_wxbRvO0HZL083iuWy39o2Lte5tcWSog/s400/IMG_6997.JPG" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5402625202251070274" border="0" /></a><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEieBRG6kVepPgwavXXYcdxUn93qvDDPXRNlmL57MLeYJowsWmcH6nyoya3yL985bwyemuPZ86M2uPhd4mnPmyfTRAfFQ_qu7I8HuR01EgKQsY2KYp0kEIPS13tmMw1CN1a9aiQBvRdmMCk/s1600-h/IMG_7006.JPG"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 267px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEieBRG6kVepPgwavXXYcdxUn93qvDDPXRNlmL57MLeYJowsWmcH6nyoya3yL985bwyemuPZ86M2uPhd4mnPmyfTRAfFQ_qu7I8HuR01EgKQsY2KYp0kEIPS13tmMw1CN1a9aiQBvRdmMCk/s400/IMG_7006.JPG" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5402621434178731778" border="0" /></a><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhAUnix4h7J1ssDBS332KWtlVJoQz8ctbvKcaFr2f35v6LPZHollQkcnAghCJQThfoqNwfG2Ke9hFzXLJq8zDIoDx6W_OPz3GVJAV-IhRDhD8hGS6VKUaA1wc4T2aSHWDLYyFwZbCRHadY/s1600-h/IMG_7004.JPG"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 267px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhAUnix4h7J1ssDBS332KWtlVJoQz8ctbvKcaFr2f35v6LPZHollQkcnAghCJQThfoqNwfG2Ke9hFzXLJq8zDIoDx6W_OPz3GVJAV-IhRDhD8hGS6VKUaA1wc4T2aSHWDLYyFwZbCRHadY/s400/IMG_7004.JPG" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5402621427886505634" border="0" /></a><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5MBSQXswVJDoWytElZvM_jO9PbZte6ss0Ukv240i1BiBWKXc-Cvm1-Sa3zD2jBZChrqBGKAVZcrdOo8pRROyIksYUjoi0wLeq8WqSFnHBgCrY0dmIxn9qCvC-zHZXTg6X2D0BpWD1bgM/s1600-h/IMG_7002.JPG"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 267px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5MBSQXswVJDoWytElZvM_jO9PbZte6ss0Ukv240i1BiBWKXc-Cvm1-Sa3zD2jBZChrqBGKAVZcrdOo8pRROyIksYUjoi0wLeq8WqSFnHBgCrY0dmIxn9qCvC-zHZXTg6X2D0BpWD1bgM/s400/IMG_7002.JPG" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5402621422197766978" border="0" /></a><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEioS02p_nO_DYmKu9yHb89ZBMUJ3JPZAtLWLIgnty9tUpDu9Moky3g6LmLZ3v365sqxHicCXxp_Pg_X-WWFhrpMbBrBMnPC3l-h6Kvnfte5g9hVJlMTclzVYGuKoVaKHqgEcgoxU7GnOYM/s1600-h/IMG_7011.JPG"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 267px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEioS02p_nO_DYmKu9yHb89ZBMUJ3JPZAtLWLIgnty9tUpDu9Moky3g6LmLZ3v365sqxHicCXxp_Pg_X-WWFhrpMbBrBMnPC3l-h6Kvnfte5g9hVJlMTclzVYGuKoVaKHqgEcgoxU7GnOYM/s400/IMG_7011.JPG" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5402621422248969378" border="0" /></a><br /><div style="text-align: center;"><span style="font-size:85%;"><span style="font-style: italic;">Clicar para ampliar<br /><br /></span></span></div><div style="text-align: justify;">Ahí están. Y El Hombre del Prado frente a ellas. ¿Quien contempla a quien? Es obvia la realidad, pero, ¿quien contempla a quien? Todo lo que se produce en la mente, es; no hay duda. En apenas cuarenta minutos, a una velocidad regular, se llega a la ermita de San Miguel de Sorosalbos. El pueblo está desierto, nadie, ni un alma por las calles, sólo el visitante y su sombra, y el sonido de sus pasos. Frente a la iglesia comprende tanta ausencia: están todos allí. El cincel los dispueso en una línea sobre el pórtico de siete arcos, cuatro de medio punto, tres ligeramente apuntados. Están todos allí. Pocos faltan: tejedores, músicos, carniceros, carpinteros, lavanderas, santos, monjes y guerreros. Tuvieron su tiempo, pero han quedado allí en este nuestro. Ahora basta con cruzar el arco de entrada de una puerta de elegancia depurada y entrar en el atrio, para unirse a los rumores del silencio.<br /><br /></div><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilswb5Asusfr1xX2_LgR3zpC-2f3PDge_EzHSxhrNmu75u_ibhRPdxW0D2RRaVV3_KBdn6qTGJ4mYsKuLhjienbFLRapwJRfDtCign8-ONesrPKZi4cPVvlrIW4dlVh5OtksoQHPj3lj8/s1600-h/IMG_7054.JPG"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 267px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilswb5Asusfr1xX2_LgR3zpC-2f3PDge_EzHSxhrNmu75u_ibhRPdxW0D2RRaVV3_KBdn6qTGJ4mYsKuLhjienbFLRapwJRfDtCign8-ONesrPKZi4cPVvlrIW4dlVh5OtksoQHPj3lj8/s400/IMG_7054.JPG" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5402625218306392738" border="0" /></a>Luis Riverahttp://www.blogger.com/profile/00360452832116667401noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-6217316770480206434.post-33934219917826805202009-11-04T02:09:00.001-08:002009-11-04T02:45:51.690-08:00Si llueve porque llueve..<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhuoZS_XXVHyNsgk9qC2V5NGZw0QD8m_ZCrBBvtnL_raL6DnDL5YPc7i7AabrqUyJ_iqzLgrjHiezEOe-Bo5wh7cdECD_J1nPwcgBzl8N1r8_npwReTVETwDpNnMLXCpjjaCe4RAMcZedU/s1600-h/IMG_6860.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 256px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhuoZS_XXVHyNsgk9qC2V5NGZw0QD8m_ZCrBBvtnL_raL6DnDL5YPc7i7AabrqUyJ_iqzLgrjHiezEOe-Bo5wh7cdECD_J1nPwcgBzl8N1r8_npwReTVETwDpNnMLXCpjjaCe4RAMcZedU/s400/IMG_6860.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5400197065498712722" border="0" /></a><br /><div style="text-align: justify;">Si llueve porque llueve, si truena porque truena, y este vendaval que azota el prado también; todos son los culpables de la mórbida tristeza. Blando, delicado y suave es la razón que da el diccionario RAE a la palabra mórbida; también que ocasio<img src="file:///Users/Luis/Desktop/IMG_6860.jpg" alt="" />na enfermedad. Hay que quedarse con la segunda que es la primera, en vez de con la primera que es la segunda. Sólo son juegos de palabras a los que el espíritu anima. Pero es bien cierto que esta tristeza carece de tragedia y por lo tanto es mórbida. Es cierto, piensa el Hombre que ya no sabe a que es ajeno, que tampoco se trata de una <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_0">tristeza</span> matinal que haya saltado con él de la <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_1">cama</span>, sino que ha surgido en el mismo momento en que al mirar por la ventana ha vito que llovía, finalmente, y que una enorme ventolera agita los árboles del jardín y da en el suelo con las pocas hojas que quedan.<br /><br /><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_2">Amarillentas</span> unas, rojas burdeos las de las hayas, que siempre tienden a <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_3">diferenciarse</span>, todo en ellas es diferente, porte, follaje y <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_4">cimbreo</span> vienen a ser las princesas de este edén sin jerarquías que este verano que ha pasado ha decidido doctorarse en malas hierbas, sufriera al principio varías heladas tardías que dieron al traste con la flor de los frutales y finalmente un mal aire, un misterioso mal aire que va de norte a sur o al revés, porque nunca se percibe cual es el malo, cruzó en diagonal el territorio y encarando el ángulo sureste de la casa <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_5">pasçó</span> por el corredor que queda junto al seto. El resultado ha sido que todas las hortensias <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_6">orondas</span> y orgullosas han perdido su follaje exterior, que parece quemado; arrasó asimismo las dalias y los geranios. ¿Quien será este mal aire? ¿O qué? En estas condiciones el jardín se une a ser un agente del fomento de la tristeza, mórbida, si, que no trágica.<br /><br />Pocas tristezas trágicas ha vivido el Hombre del Prado, dos si se para a pensar. Murieron madre y padre, la primera cuando él tenía veinte años, treinta para el segundo. No puede recordar sus emociones de aquellos días, tampoco la desolación, si la tristeza pero no con un sentimiento vivo sino como un paisaje. La verdad es que nunca, escribe bien, nunca, se ha sentido desesperado, arrebatado por el sentimiento de la tragedia; desolado si, cuando murió <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_7">Goyerri</span>, pero esto sucedió cuando ya era viejo. Un día alguien le dijo que habían <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_8">gente</span> que en vez de tener ojos para ver y sentir, otros los tenían solamente para mirar. ¿Se refería a él?<br /><br />Estas son las consecuencias de la climatología. Entre una tristeza plana a una alegría excelsa, discurre todo un registro emocional que tiene a <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_9">alborotarse</span> cuando va hacia lo <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_10">segundo</span>. El sol en el paisaje, su <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_11">destellear</span> sobre el mar o el dibujo de las sombras en el bosque, llegan a exaltarle. Se dice que es que siente la vida, no amarla que es otra cosa. O puede ser que si, porque si amar es exaltación, esta alegría del sol y de las cosas <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_12">destelleando</span>, lo es. Por los jos le entra en esas ocasiones un colmo de venturas que se convierten en el éxtasis de la contemplación.<br /><br />Iría al médico a decirle que le preocupa que el tiempo lluvioso y ventoso le produzca una tristeza mórbida. ¿Y cómo se siente entonces?, le preguntaría el otro. Placenteramente, sería la respuesta. Entonces no le voy a recetar nada, siga usted así y si empeora vuelva a verme. Es lo bueno de la medicina, que hay frases que acaban con todo. ¿Que te ha dicho?, le preguntarían y la respuesta es clara: Qué estoy bien. <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_13">Pero</span>, ¿y la tristeza? Pues cosas del tiempo, o de la edad.<br /><br />No ha venido a escribir en el teclado por causa de estas cuitas que no lo son, sino porque tenía la frase inicial. Hace un tiempo, preocupado por la demora en escribir el blog que antes recibía tantas <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_14">regulares</span> como frecuentes visitas suyas, decidió que era a causa de la primera frase. Si no la tiene no puede escribir, no importa que tenga un tema, o que piense que lo tiene, pero sin frase no hay nada. Es lo mismo que cuando se trata de escribir un poema, el primer verso es el grifo de la fuente del que manan los demás.<br /><br />Si llueve porque llueve, le ha venido a la cabeza, o estaba allí y se ha abierto paso hasta el exterior, llamada la <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_15">frase</span> por la luz triste y mórbida, aunque puede que la luz no lo sea, y esto tendría que pararse a debatirlo consigo mismo, pero no tiene ganas, pero lo cierto es que la frase ha salido a la luz y le ha dicho que de <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_16">esta</span> no se escapa, que pues la tiene ha de escribir el post. Y ya lo ha hecho.<br /><br />NOTA SOBRE LA FOTO: Andaba hace unos días por Alicante fotografiando personas, y al otro lado de la calle vió a las dos muchachas charlando animadas, con esa entrega alegre y divertida de ciertas confidencias. Las enfocó con la cámara y una le vió; en lugar de retraerse o girar la cabeza, esbozó una hermosa sonrisa de saludo.<br /></div>Luis Riverahttp://www.blogger.com/profile/00360452832116667401noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-6217316770480206434.post-77901991184077124402009-10-19T01:48:00.000-07:002009-10-19T02:33:04.173-07:00La metavida o la conciancia mejor<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6OmypBg1yn-BoL-rUUCvZqjuHkCpBxJxKrDG285Opq9S5JKaaEYDHi4G6fMSHvci_YUxGl_bxIZUJyfCAEIc3NPZG1Rp75CudCLiIGM9B10dYx6Qp7XViwWmZlUVaJ9j62PcQ5YyIbW0/s1600-h/IMG_6591.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 267px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6OmypBg1yn-BoL-rUUCvZqjuHkCpBxJxKrDG285Opq9S5JKaaEYDHi4G6fMSHvci_YUxGl_bxIZUJyfCAEIc3NPZG1Rp75CudCLiIGM9B10dYx6Qp7XViwWmZlUVaJ9j62PcQ5YyIbW0/s400/IMG_6591.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5394231567967455538" border="0" /></a><br />Al gato de la fotografía no le hacen falta pensamientos más profundos que los de satisfacer su gusto por el sol con el acomodo confortable en un <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_0">banquito</span> de jardín. Visto desde una planta alta del edificio frente al mar al que se ha trasladado el hombre del Prado, además de <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_1">solazarse</span> con su situación, produce envidia. Será que un humano, de camino al anhelado lugar al sol que todos merecen, se ve asaltado por multitud de hechos que le influyen al llenar su cabeza de pensamientos turbadores. Aquella conciencia mejor de <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_2">Schopenhauer</span>, el estado de exaltación romántica en el que no hay acción sino superior existencia, la llevan los gatos a cuestas y la despiertan bajo un cálido sol, mientras que los humanos, a costa de enfrentar <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_3">inocentemente</span> la realidad ven como su oportunidad de caer en la plácida exaltación, si es que exaltación y placidez fueran compatibles, se aleja cada vez más a medida que más la ansían.<br /><br />¿Es imposible eludir la realidad hostil? Este post se escribe como defensa de la angustia que el llamado Caso <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_4">Gürtel</span> produce día tras día, no solamente por la lectura de los titulares en prensa, sino porque una vez instalado en el conocimiento con su serie de cínicas inmoralidades imposibilita negándolo, recuperar lo plácido. Conocer tiene esa cautividad: se pierde la inocencia.<br /><br />Hace escasas horas, un amigo íntimo, afirmaba ante el Hombre del Prado, que en el <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_5">franquismo</span> no existió como perverso lo que él no <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_6">vió</span> o aquello que él no percibía. Venía a decir que si él no sintió la necesidad de leer a autores prohibidos por el régimen, no tiene porque sentir aquella prohibición como algo maligno; también afirmaba que después de todo, si al cabo de los años un ministro pensaba que ya se podían levantar algunas <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_7">prohibiciones</span>, significaba eso que todo iba por buen camino. En aquellos tiempos aciagos, un amigo <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_8">mexicano</span> <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_9">afirmba</span> envidiar a España bajo el <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_10">regimen</span> del general, porque cuando las cosas iban mal <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_11">económicamente</span>, y se cita <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_12">textualmente</span>, "el abuelo metía la mano en su bolsillo y aportaba lo que fuera necesario". Tenía este individuo negocios en <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_13">DF</span> de cementerios privados, y piensa el Hombre del Prado, si este comentario no será en realidad un metáfora sobre la muerte civil: un <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_14">extenso</span> cementerio en vida que construía una conciencia mejor mas acá de la realidad en lugar de por encima de ella: una especie de <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_15">metavida</span>, en analogía con la <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_16">metefísica</span>.<br /><br />Al Hombre Político, que quisiera ser gato y no puede, los acontecimientos le arrojan fuera del concepto que la expresión -vivir en la <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_17">polis</span>, habitar en la sociedad moderna- conlleva. Aislarse, lo que ya fue en un momento hecho al <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_18">retirrarse</span> al bosque y refugiarse en el prado, es ahora más imposible, porque no depende de la necesidad sino del empuje de lo otro, lo que desde fuera presiona. La palabra jubilación viene del hebreo, júbilo o ceremonia jubilosa quiere decir, y con ese significado pasa al latín y hoy en castellano quiere decir retiro plácido. Debería <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_19">devolvérsele</span> al Hombre Político, en ese momento de exaltación vital, la inocencia perdida.Queda por saber en que momento de la vida perdió aquella que el amigo mantiene, aferrado a su no ver, no saber, no sentir y al cabo aceptar por bueno todo lo que la historia pudiera tener por lo contrario.<br /><br />Hubo un tiempo cercano en que le hacía feliz la presencia de <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_20">Goyerri</span>, el perrito fiel y leal cuya conciencia mejor era deambular por todas sus sensuales apetencias, entre las cuales no era la menor su capacidad de cariñosa compañía y silencioso acuerdo, pues aún en los animales que están <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_21">ahi</span> es el silencio afirmación. Desaparecido en lo físico el compañero, que no en la mente que le ve de continuo y lo percibe dentro, que es percibir en nostalgia y dolor, no queda sino aceptar la impotencia de la soledad.Luis Riverahttp://www.blogger.com/profile/00360452832116667401noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-6217316770480206434.post-84849817611390064502009-10-14T01:19:00.000-07:002009-10-14T01:52:58.282-07:00¿Y ahora qué?<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1wClcZmuXoROYRStvq7AHwaPLnXG-YGJnbDmrDOBynsKRl3-l5N3Bw33JVZcpRmoOlGmqPi_wvayQOL8GdPHuElPBg7l8VDTl1jiL3aJTaxzUgIpP9Cwv7PQcmz3pHbx3V19YuVHv56g/s1600-h/rpetirse+o+continuar.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 300px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1wClcZmuXoROYRStvq7AHwaPLnXG-YGJnbDmrDOBynsKRl3-l5N3Bw33JVZcpRmoOlGmqPi_wvayQOL8GdPHuElPBg7l8VDTl1jiL3aJTaxzUgIpP9Cwv7PQcmz3pHbx3V19YuVHv56g/s400/rpetirse+o+continuar.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5392375960734303490" border="0" /></a><br /><div style="text-align: justify;">Uno puede ser continuación de si mismo, pero nunca repetición. por eso hay días en los que siente que está vacío, lo que no tiene nada de dramático, no <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_0">conlleva</span> una tragedia de lo existencial, ni alimenta el horror <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_1">vacui</span> ni impulsa al suicidio. Todo lo más conducirá a una cierta perplejidad y a tomarse unos días de aburrido descanso, o un tiempo de incierta duda. Recuerda el del Prado un plano de Ana <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_2">Karina</span> paseando por la playa, en <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_3">Pierrt</span> le <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_4">Fou</span>, exclamando o preguntándose ¿Qué voy a hacer?", "¿Que puedo hacer?". Ese plano obedece en realidad a un impulso personal de la <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_5">Karina</span>, a la que le <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_6">dió</span> por caminar por el borde del mar y estrujarse el cerebro porque <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_7">Godard</span> le había pedido que improvisara. Mientras ella se preguntaba sobre el que hacer, el director la rodó e insertó el plano en la película. De lo banal a lo existencial en un puro y casual <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_8">insert</span>.<br /><br />¿O no era tan banal? Es un ejemplo perfecto del momento en que continuar es no saber que hacer, ni siquiera saber que se puede hacer. A lo mejor es la antesala del aburrimiento. En ese momento se puede seguir hacia adelante, hacia el no saber, o se puede uno repetir a si mismo. Todo dependerá de la capacidad de acomodación, el impulso hacia el triunfo, que tenga el <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_9">protagonista</span> del momento. Si en ese tiempo anterior en que sabía que hacer, incluso que decir, alcanzó un cierto triunfo, frente a si mismo, o frente a los demás que es en ocasiones más estimulante, pensará en repetirse, será una inclinación, a lo mejor una perversidad consigo mismo; quien se repite ya se conoce. El <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_10">afán</span> de <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_11">descubrimiento</span> de este tipo <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_12">que</span> se pregunta tiende a desaparecer, ya se sabe, ya se conoce, ya se aburre.<br /><br />Claro que si se trata de un hombre ocupado es diferente. Éste que se levanta a las siete, prepara el desayuno, va a trabajar, y aquí la cuestión es añadir todo lo habitual convertido en acción, siempre sabrá lo que va a hacer, lo que puede hacer y sobre todo tendrá plena conciencia de lo que no puede. Pero no es este el caso, se trata de aquel que tiene el tiempo suyo y lo dedica a <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_13">continuarse</span> en un estado de permanente curiosidad, también se podría escribir búsqueda, pero esto suena retórico, o a melodramático. "Ese hombre buscaba <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_14">permanentemente</span> para no repetirse a sí mismo". Y sin embargo esa es la tentación, alcanzada cierta medianía uno tiene a la repetición.<br /><br />Los cajones de la mesa, piensa el Hombre del Prado, suelen estar llenos de senderos iniciados y no terminados; caminos improbables <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_15">abandonados</span> cuando se apagaba la luz en ellos y se abrían a una nada de impotencia, entonces sería un todo; o de aburrimiento, entonces si sería nada. Entonces viene la tentación a la higiene, ojear, hojear, leer y destruir. A un lado esto que puede valer, al otro esto, que hay que tirar de manera definitiva. No siempre se destruye <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_16">definitivamente</span>. Es como la ropa o los muebles viejos, mientras hay sitio se guardan por si acaso. Otra vez la tentación a repetir lo que fue.<br /><br />De manera sinuosa este post lleva al cine: ahora <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_17">Fellini</span>. En Ocho y medio dedica toda una película a narrar la peripecia creativa de un hombre que ha llegado al fin de su creatividad y a la enorme mole de su impotencia. A partir de esa película, que es media nada más y nada menos, el director Guido <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_18">Fellini</span>, porque era él, se repetirá a si mismo como única manera de continuar.<br /><br />También es eso a veces.<br /></div>Luis Riverahttp://www.blogger.com/profile/00360452832116667401noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-6217316770480206434.post-18931057506577330612009-10-08T16:31:00.000-07:002009-10-08T17:07:09.927-07:00La idea evanescente en el claro del bosque<div style="text-align: justify;">Escribe Ortega en su prólogo a "El Collar de la Paloma":<br /><br /><blockquote style="font-style: italic;">Cuando se coincide al opinar sobre Fulano, se coincide en todo lo demás. También es verdad lo inverso. La coincidencia ni implica, ni siquiera prefiere, ser identidad de juicio. No se trata de que coincidan las ideas, sino las vidas. Nadie puede tener las mismas ideas que otro si, de verdad, tiene ideas. La idea es <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_0">personalísima</span> e intransferible. Cuando un pensamiento nos es común, corre grandes riesgos de no ser una idea, sino todo lo contrario, un tópico. El <span>tópico</span> es el <span>lugar</span>, el lugar común, el sitio en que los hombres coinciden tanto, que se identifican y se confunden, cosa que no puede acontecer sino en la medida en que los hombres se mineralizan, se deshumanizan. En su verdad, en su autenticidad, los hombres son incomunicables.</blockquote><br /><br />Cuesta no pararse en estas líneas, al Hombre del Prado le cuesta; a otros no lo sabe. Tal vez pasen de largo en busca de otras cosas que les produzcan ideas, o nada de eso. Es arriesgado no tomar en serio un prólogo de Ortega. Alguien dijo que muchos hombres presumían de tener ideas cuando solamente tenían ocurrencias. Aquí es todo lo contrario. Lo que aprendió de el bosque y de su aislamiento,-todo el bosque es un aislamiento en si mismo, una caverna para <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_1">esconderse</span>- es que una idea es evanescente con prontitud, como los sueños, que se pierden al instante de despertar, imposible aprehenderlos se desvanecen saliendo de la memoria. Pero si en esa celeridad tiende la vaga forma de la idea a perderse, el tópico por el contrario se mantiene firme en su posición, enraizado en lo que se sabe, pasa el pensamiento por él dejándolo de lado.<br /><br />Un tópico es uno mismo, la imagen que se tiene de uno, la que se tiene del otro, la del tiempo en su pasado y la del futuro, que no es tiempo aún. Dios es también un tópico y según se mire, o se piense, es una idea. Tan enraizado está que pensar con sinceridad en su imposibilidad, ya le hace existir. Pues todo lo que se puede pensar es y de ello quedan las <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_2">consciencias</span>. Pensó en esto un día que se cruzó con un vecino del pueblo que le saludó al pasar: "Con Dios...", le dijo. "<span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_3">Adiós</span>", contestó. ¿No era la misma cosa? <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_4">Sobrevolaba</span> Dios en el diálogo, y en su fe atea, el Hombre del Prado entendía la imposibilidad de prescindir de la idea de Dios, aún cuando fuera para negarla. No es una cuestión baladí, como tampoco lo es el amor o la <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_5">generosidad</span> o la entrega a empresas <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_6">desmesuradas</span>. ¿No es Dios una empresa desmesurada?<br /><br />Este jardín que agoniza en el otoño, es también una idea. Para otros un tópico. Un amigo construyó un jardín y le negó el derecho a crecer; de buenas a primeras lo llenó de plantas como si ya estuviera acabado y ahí tuviera que <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_7">detenerse</span>. Al cabo de pocos años tuvo que arrancar árboles y matas para dejar que los otros vivieran en su ansia por crecer, hacerse, seguir su naturaleza. El jardín era, para su dueño, un tópico que poseer. Cuando lo tuvo suyo tuvo que destruir aquella idea inicial que se había convertido en imposible. Para el Hombre del Prado es una idea que sigue haciéndose, un espacio de aires y volúmenes vacíos que poco a poco van siendo ocupados hasta que un día, seguramente él no lo verá, llegará a ser otro jardín del que fuera el primer atisbo.<br /><br />Cuesta reconocer una idea porque cuando deja de ser evanescente, crece y se modela a su aire. Toma derroteros por los que uno a lo mejor preferiría no transitar. "Todas las ideas son respetables" dicen algunos y <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_8">generalmente</span> se refieren a las ideologías, que son los monstruos en que se convierten algunas ideas, los jardines que crecen <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_9">desmesuradamente</span>. Lo respetable es otra cosa, el derecho a tener ideas cuando no son ocurrencias.<br /><br />En el claro del bosque en que se ha sentado para leer un rato, ahora que la <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_10">convalecencia</span> le permite caminar e incluso ha dejado de lado los calmantes, tiene que bajar la vista al libro para volver al sendero que le ha de conducir a la <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_11">relectura</span> del libro de <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_12">Ibn</span> <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_13">Hazm</span>, ignorando cuanto tiempo le llevará sortear el prólogo de Ortega. Hay quien dice que lo mejor del filósofo madrileño está en lo escrito en sus prólogos. Puede que sea verdad...<br /></div>Luis Riverahttp://www.blogger.com/profile/00360452832116667401noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-6217316770480206434.post-44330521212346967992009-10-07T00:04:00.000-07:002009-10-07T00:44:13.275-07:00La Dicha y la pequeñez<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJG0jL5tZ9yY8uQB9wFVHtV6Ac7iDDSF8Do8Qojl_fPqLoh7XfnC3WBui758SUGzPKmRAAKAw6wOAWICbbVRWQ9o3sGItys-8NoVIJVh9O53-AbVIjpNPQRR6B_bmFzOVjvJXPSTYdJZ4/s1600-h/IMG_5255-3.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 654px; height: 362px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJG0jL5tZ9yY8uQB9wFVHtV6Ac7iDDSF8Do8Qojl_fPqLoh7XfnC3WBui758SUGzPKmRAAKAw6wOAWICbbVRWQ9o3sGItys-8NoVIJVh9O53-AbVIjpNPQRR6B_bmFzOVjvJXPSTYdJZ4/s400/IMG_5255-3.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5389756434356809490" border="0" /></a><br /><br /><br /><div style="text-align: justify;">A los pies del grupo de visitantes al castillo califal, se extienden los campos de cereal de tierras de <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_0">Soria</span>. Abarcan cuanto puede abarcar la vista y los cruza por la mida adornado de márgenes arbolados un seguro y tranquilo <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_1">Duero</span>, que es <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_2">probablemente</span> el más hermoso y sereno río de la península. Al Hombre del Prado se le antoja que es el más castellano, aunque no sabe bien lo que quiere decir con esto, pero se lo parece, o se le antoja decirlo. Es la intuición, son toda seguridad, la que le lleva a uno a ponerse poético.<br /><br />También a los pies, como mal se ve en la foto, cruza por un campo levantando una nube de polvo, un escueto rebaño de ovejas. El silencio lo llena todo con el sonido del viento que bate personas y ruinas de piedra. Vienen de deambular por los solares abiertos al cielo de un Castillo inmenso al que se entra por una hermosa puerta árabe. Adarves, murallas, lienzos de sillería, torres mediadas en su <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_3">ruina</span> entre el ser y el no ser, poco más que siluetas, y por debajo el río, sus márgenes arboladas, los campos extensos hasta un mínimo infinito y el rebaño de ovejas levantando el polvo de la tierra seca del mes de septiembre. Hasta donde se le puede alcanzar a quien escribe, este inmenso paisaje que llena el ánimo como el agua sacia la sed de quien la anhela, empieza en uno mismo, allí en lo alto y se extiende en su entorno, alrededor de él, como si el aire fuera paisaje, y el vacío, o el <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_4">límpido</span> azul que enseñorea un <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_5">celaje</span> que parece hecho de nada, tanta es su perfección. Recuerda aquello de <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_6">Rilke</span>: "Terrible es todo <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_7">ángel</span>, pues en su belleza desdeña destruirnos", y piensa el del Prado que en ese desdeñar la destrucción de quien contempla, sucede lo contrario, que es darle cabida, dejarle entrar en él y alcanzar así una pretensión de absoluto, que tampoco sabe bien lo que es, pero es el todo.<br /><br />Hay <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_8">exaltaciones</span> que no tienen precio, no son otra cosa que el ánimo que se desboca y se convierte en alma, el puro sentir de la dicha. Querría uno disolverse hasta la consunción, <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_9">absorvido</span> por un <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_10">panteismo</span> fruto de la imaginación humana. Todo el paganismo que alberga este sentimiento rebosa de sentido, el hombre como víctima entra en trance frente al ara <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_11">sacrificial</span> y allí se entrega. Ni temor ni dolor, sino la extasiada espera de la disolución. Le sucedió en otra ocasión, en un <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_12">pueblecillo</span> del Pirineo catalán, <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_13">Queralps</span>, frente a un circo de montañas nevadas, una mañana a las ocho, en la que se encontraba solo en el porche de una casa ajena. La corona de montañas cargadas de una alba y <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_14">límpida</span> <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_15">nieve</span>, más que ello pues en la lejanía <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_16">todo</span> color y forma viene a <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_17">curvarse</span> en <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_18">difuminaciones</span>, se convirtió en el absoluto que le devoraba dulcemente: nada había allí que no fuera un paisaje que surgía de é<span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_19">l</span> y en él terminaba.<br /><br />Y sin embargo, el fin de la dicha suele ser la voz humana cuando llegan hasta el mirador unas personas, número indefinido, presencia indiferente, y una de ellas dice: "mirad las <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_20">ovejitas</span>, cuanto polvo levantan" y otra afín, diferente voz de mujer, pero la misma voz de mujer, dice en voz alta, tan alta y potente como el trueno: "¡ay!, yo cuando veo una cosa así es cuando me doy cuenta de lo pequeña que soy". Diría algo el Hombre del Prado, <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_21">pero</span> Ana, que le conoce, tira de su brazo y emprenden la bajada hacia el coche.<br /></div>Luis Riverahttp://www.blogger.com/profile/00360452832116667401noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6217316770480206434.post-41435375495810734982009-10-03T16:11:00.000-07:002009-10-03T16:43:17.317-07:00No lo sabía...<div style="text-align: center;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtFB5f8jFtSRr-4HdCuGIhKR4MV9HaJxJ6mOG5b3DLg7z014JQDiLnbfJO1VumLgeMsbI1Ii7oBghb5s8fg8DUQDQv-0HEuiskRZH3-y1nhKCXL6X9J5Fakkk45k8P5y-sijtRcTc8M-k/s1600-h/images.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 118px; height: 144px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtFB5f8jFtSRr-4HdCuGIhKR4MV9HaJxJ6mOG5b3DLg7z014JQDiLnbfJO1VumLgeMsbI1Ii7oBghb5s8fg8DUQDQv-0HEuiskRZH3-y1nhKCXL6X9J5Fakkk45k8P5y-sijtRcTc8M-k/s400/images.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5388523315905769234" border="0" /></a>Fuente de los Leones en el Patio del mismo nombre<br /></div><br /><br /><div style="text-align: justify;">No es lo mismo que "no lo sé". En el "no lo sabía" <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_0">subyace</span> una humildad poco propicia a los tiempos y modos de hoy. Cuesta admitir que hay cosas que otros dicen y que uno no las sabía, porque rebaja la estima de los demás y en cierta manera la <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_1">autoestima</span>: averiguar que uno no sabía cosas y cosas que va descubriendo de manera cotidiana, no hace sino que erosionar la seguridad en el propio conocimiento.<br /><br />El Hombre del Prado está en esa fase del "No lo sabía" que puede llegar a resultar hiriente. Hoy ha descubierto, en un <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_2">poemita</span> de <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_3">Ibn</span> <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_4">Gabirol</span> que en Granada, en lo alto de la <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_5">Sabica</span>, donde doscientos años después se construiría La <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_6">Alhambra</span> existieron doce leones, cuatro grupos de tres mirando a los cuatro puntos cardinales, que soportaban sobre sus lomos, un mar cristalino que lo era a la manera del mar de bronce del palacio de Salomón en Jerusalén. Luego vino, ya se ha dicho que doscientos años después, el Patio de los Leones con su fuente central. Con el tiempo se advirtió que los leones eran de factura muy anterior al patio, del siglo <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_7">XIV</span>. Siendo la cosa así de sencilla, no queda sino añadir que aquella primera fuente debía de ser la del palacio de un <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_8">judio</span>, visir del emir de Granada, un tal <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_9">Yusuf</span> <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_10">ben</span> <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_11">Negrela</span>, que murió asesinado en un <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_12">progrom</span> de <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_13">judios</span> por las turbas que vivían abajo, <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_14">descontentas</span> por su ostentación. El palacio fue <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_15">dest</span><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_15">ruído</span>, aunque algo quedó, seguramente. No deja de ser irónico que ese prodigio de belleza que hoy se contempla, fuera <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_16">construido</span> como <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_17">representación</span> del Islam repitiendo la <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_18">intencionalidad</span> judía de rendir homenaje a su gran rey. No lo sabía.<br /><br />Como tampoco sabía que el Patio de los Arrayanes y el de los Leones, <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_19">construídos</span> con algunas generaciones de diferencia uno de otro, guardan entre sí unas exactas relaciones geométricas que se evidencian en el trazado virtual de unas diagonales. ¿Había un plan <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_20">constructivo</span>? No se sabe, es imposible llegar a ese conocimiento. Al cabo del día se acumulan las cosas que se van descubriendo, poco importantes ciertamente, que no aportan certidumbres metafísicas ni descubren leyes de la cosmogonía, cosas que no han de aportar a su conocimiento más que asombro, admiración, secreto placer que permite que vuele la imaginación. Se trata de encontrar en un libro algo que otros si sabían, y uno no. Conviene, piensa, estar muy atento a todo lo que no se sabía.<br /><br />Lo que si sabía el hombre del Prado, ya que ha salido en estas líneas, es que para él el Patio de los Arrayanes, es el más perfecto jardín que nunca ha contemplado, y la más sencilla belleza que él ha podido contemplar salida de la perfección que alguien ha podido producir con su imaginación, repitiendo el prodigio de la creación humana.<br /><br /><div style="text-align: center;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWq6J1oRzJD_prpYRuIxOm2VwV-2N92lv3YLnLyhNgrDiBYd400ln0sWanaxIej8uEeV1HA6ulVPHcoKxaKC-Ih5FIG1EYVUl-tTm7_tgBSqg219MdMoTiFvhGjqzPGkM5MmPGK4WtKpI/s1600-h/patio_de_los_arrayanes.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 295px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWq6J1oRzJD_prpYRuIxOm2VwV-2N92lv3YLnLyhNgrDiBYd400ln0sWanaxIej8uEeV1HA6ulVPHcoKxaKC-Ih5FIG1EYVUl-tTm7_tgBSqg219MdMoTiFvhGjqzPGkM5MmPGK4WtKpI/s400/patio_de_los_arrayanes.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5388521427041702850" border="0" /></a>Patio de los Arrayanes<br /></div></div>Luis Riverahttp://www.blogger.com/profile/00360452832116667401noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-6217316770480206434.post-48957572157466522802009-09-28T01:00:00.000-07:002009-09-28T01:29:27.271-07:00Frases y frases<div style="text-align: justify;">San Agustín escribió que "la memoria es el presente de las cosas pasadas". <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_0">Malraux</span> dijo también que "lo importante de la vida es que se transforma en conciencia". Tomás de <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_1">Aquino</span> dijo que mirar atentamente las imágenes pintadas en las iglesias era "escuchar con los ojos". <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_2">Lucrecio</span> veía entre dos piedras en la calle, reflejada el <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_3">agüilla</span> sucia, "la honda grieta del cielo". <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_4">Shakespeare</span> hace exclamar a <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_5">Machbet</span> aquella enormidad de "<span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_6">Machbeth</span> ha matado al sueño" y Calderón sentencia que "toda la vida es sueño y los sueños sueños son". Todas las frases, dentro o fuera de contexto, son solamente un punto de partida. Como referencia cultural se agostan enseguida, amarillean en un yermo sin sentido, como queda el campo en <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_7">barbecho</span>. ¿Qué importa adornarse de frases si lo que esconden es la misma vacuidad?<br /><br />Un punto de partida hacia lugares insospechados. Detrás de todo hay un juego. <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_8">Reuerda</span> el del Prado al escribir esto su fascinación de joven cuando leyó <span style="font-style: italic;">El Juego de los Abalorios,</span> de <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_9">Herman</span> <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_10">Hesse</span>.Todo parece un juego menos la vida villana de abajo, ladera abajo, a los pies del Castillo. Ese parecer se adorna de aislamiento. ¿Mirar es ver? Ya se sabe que no, pero, ¿mirar es ver? Y en cualquier caso, ¿ver qué? Recuerda el del Prado la fascinación que de joven sentía hacia las frases de los otros. Caminar con la mano de <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_11">Camus</span> en el hombro, o el guiño maléfico de <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_12">Sartre</span> en el oído, redimía de la inseguridad y cimentaba la subida al castillo. Sabe quien cita, <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_13">piensan</span> los villanos. Se trata del juego del apartamiento que en su solo enunciado ya anuncia la victoria, pues solo los que lo practican están preparados para jugarlo, y ¿quien querría renunciar a tal altura?<br /><br />El de <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_14">Aquino</span> quería que quienes podían escuchar con los ojos, aprendieran el camino. No dijo leer con los ojos, que quedaba fuera del alcance de los tiempos, sino escuchar, porque todo el magisterio depende de la presencia del <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_15">magister</span>, que no siempre puede estar. Queda su voz en las paredes del templo, el gesto ampuloso de su brazo en la predicación es el del <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_16">apóstol</span> en la cena. Cpn cada frase un púlpito; delante un rústico. Tal vez en la soledad de la novena, escuchando con los ojos, resuena en el vacío de la nave el eco de la voz, amortiguada, apagada por la <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_17">ausencia del que sabe, el único que sabe</span>. Un eco como una impronta que es lo que queda en algunas <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_18">paredes</span> de iglesias. El eco, la impronta, la huella: la frase. Detrás de cada una, una intención y una lectura: un tiempo para pensar. Pintura eco, frase, memoria, antídotos contra el horror <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_19">vacui</span> de la vida, o del transitar por ella. Pensar, dar vueltas a las cosas o dejar que ellas nos bailen una danza de <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_20">supercherías</span>, o de certidumbres, ¿qué más da? Pensar... Y ¿que es pensar sino ordenar el caos?<br /><br /><br /><br /></div>Luis Riverahttp://www.blogger.com/profile/00360452832116667401noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-6217316770480206434.post-16009004760329625572009-09-23T02:26:00.000-07:002010-10-02T07:30:49.054-07:00Escribió una vez "creyó encontrar el absoluto y se sintió anonadado". Repasando papeles encuentra la frase y se detiene ante ella tratando de leerla de nuevo, más allá del significado que le diera en aquel momento de escribirla. Las palabras, en el momento de escribirlas llevado uno por el curso de la redacción, a veces torrencial, no proceden del diccionario sino del lenguaje común de cada día; no siempre significan lo que son, a veces se aproximan, otras se convierten en metáforas. El Hombre del Prado escribía sobre el absoluto y el anonadamiento, lo segundo como consecuencia de lo primero; y lo primero como vocación, impulso, más bien pulsión.<br /><br />Si creyó encontrar el absoluto es porque lo buscaba, o sin buscarlo aspiraba a él. Lo absoluto, piensa ahora, es el todo.<br /><br /><span class="eOrdenAcepLema"><b>1. </b></span><span class="eAbrv"> <span class="eAbrv" title="verbo transitivo">tr.</span></span><span class="eAcep"> Reducir a la nada. <span class="eAbrv" title="Usado también como pronominal">U. t. c. prnl.</span></span><p style="margin-left: 2em; margin-bottom: -0.5em;"><a name="0_2"></a><span class="eOrdenAcepLema"><b> 2. </b></span><span class="eAbrvNoEdit"> <span class="eAbrvNoEdit" title="verbo transitivo">tr.</span></span><span class="eAcep"> Causar gran sorpresa o dejar muy desconcertado a alguien.</span></p><p style="margin-left: 2em; margin-bottom: -0.5em;"><a name="0_3"></a><span class="eOrdenAcepLema"><b> 3. </b></span><span class="eAbrvNoEdit"> <span class="eAbrvNoEdit" title="verbo transitivo">tr.</span></span><span class="eAcep"> Apocar, disminuir mucho algo.</span></p><p style="margin-left: 2em; margin-bottom: -0.5em;"><a name="0_4"></a><span class="eOrdenAcepLema"><b> 4. </b></span><span class="eAbrvNoEdit"> <span class="eAbrvNoEdit" title="verbo transitivo">tr.</span></span><span class="eAcep"> Humillar, abatir. <span class="eAbrv" title="Usado también como pronominal">U. t. c. prn</span></span></p>Luis Riverahttp://www.blogger.com/profile/00360452832116667401noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6217316770480206434.post-49179306444844271332009-09-22T02:55:00.000-07:002009-09-22T03:24:38.906-07:00La levedad de la dicha<div style="text-align: justify;">El dolor como límite. Pensar en lo <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_0">epicúreo</span>. La felicidad es la ausencia de dolor, de cualquier tipo: mientras se sufre no se puede ser feliz; ni dichoso, que no es la misma cosa.<br /><br />Este dolor que inmoviliza al Hombre del Prado es benévolo, compañero malhumorado dispuesto a renunciar a su imperio en cuanto las condiciones del cuerpo vuelven a ser las que deben de ser: la espalda apoyada en cojines, el brazo arrebujado en el costado, un pañuelo por cabestrillo y relajación mental para no aspirar al movimiento continuo al que conduce la inquietud. Puede uno moverse, ir de aquí allá, pero no más de un minuto porque entonces avisa como el tutor pendiente del niño: ¡que te sientes, he dicho! Igual que un pescozón, pero más <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_1"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_0">lacerante</span></span>, en el <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_2">omóplato</span>, en la parte alta del costillar.<br /><br />Aparece el sufrimiento pero el cojín blando y adaptable a la espalda lo borra en instantes. ¿Se comprende la felicidad entonces? Claro que sí, es justamente eso. Y mientras tanto el jardín se ofrece, un espacio de él, lo suficiente, para convertirse en el del Edén, transformación ante los ojos que abandonan las páginas del libro para <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_3">ensimismarse</span> en dalias y crisantemos que se enseñorean del aire con su color. <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_4">Los jardines conventuales repetían la idea del Jardín como paraíso terrenal y desde el claustro podía uno ensimismarse en esa reproducción de la naturaleza perfecta: el jardín cerrado, el propio espacio de la vida más plácida. <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_1">A veces los ojos son felices, piensa el Hombre del Prado, parecen independizarse del resto del cuerpo y se llenan de algo así como dicha, un íntimo y feliz sentimiento, como si fueran capaces de entender que no son sólamente trasmisores sino los primeros en disfrutar de la visión más benéfica.<br /><br />Samuel</span></span> N... contaba ayer la opinión de un amigo: o se es rico o lo mejor es retirarse a un convento. Rieron ambos ante el <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_5"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_2">diletantismo</span></span> extremo, o el <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_6"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_3">esnobismo</span></span>, del padre de la frase, que es además un hombre rico. Siendo rico puede uno despreciar muchísimas cosas, la humildad es barata; la que es cara es la del pobre, tanto que a veces es incluso humillante. El Hombre del Prado dijo que lo indicado para la felicidad es la dorada mediocridad, aquel estar de <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_7"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_4">Horacio</span></span>, por el que un buen pasar con lo justo, la justa ambición, es el todo a que se debe aspirar. Otra vez lo epicúreo.<br /><br />Entonces, este dolor <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_8"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_5">lacerante</span></span> que se controla, los calmantes ayudan naturalmente, y cesa en cuando se alcanza el reposo, ofrecen el límite del territorio al que no se debe entrar. Cada día un poco más de movimiento, el arco de la mano es más amplio, el teclado está ahora al alcance de diez dedos, la butaca frente al jardín recibe el sol a través de la cristalera, la luz es una bendición y el leve, apenas una huella del dolor que permanece en el hombro recuerda al Hombre del Prado la levedad de la dicha.</div>Luis Riverahttp://www.blogger.com/profile/00360452832116667401noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-6217316770480206434.post-90991706254542048352009-09-21T11:41:00.000-07:002009-09-21T16:41:54.848-07:00Los laberintos de lo real.<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjOZIgncG-kR6aCEdpuoCv9QJ-0FeUrAMJUXTLhf5dbVf_NhhntI7yj6eMxrQgcBWRbrW5NSrmw228Fh3jl2PRuB8mVcGsmG0qDKUCp_ko_UU0eDJCizZup35yjF9BuTFXK7YdF_PLovx0/s1600-h/san-baudelio-de-berlanga+copy.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 130px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjOZIgncG-kR6aCEdpuoCv9QJ-0FeUrAMJUXTLhf5dbVf_NhhntI7yj6eMxrQgcBWRbrW5NSrmw228Fh3jl2PRuB8mVcGsmG0qDKUCp_ko_UU0eDJCizZup35yjF9BuTFXK7YdF_PLovx0/s400/san-baudelio-de-berlanga+copy.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5383992884371454066" border="0" /></a><br /><div style="text-align: justify;">Entre las dos imágenes el tiempo ha edificado laberintos en los que la realidad se pierde. El viajero que trata de ver lo que ve, que no siempre es fácil, puede perderse en ello si resulta que se aferra a la visión que los ojos trasladan al cerebro y la hace suya seguro de que está viendo, no solamente lo que es, sino lo que ha sido. Una ermita como ésta es a un tiempo la que se ve y todas aquellas ermitas que han sido en el tiempo. Como una persona, que es la que parece hoy pero que ha sido todas aquellas que la han ido construyendo, quedándose en estge proceso fijas o diluyéndose como materiales efímeros. Nada puede explicarse por lo que es y al cabo viene uno a perderse en la rueda del tiempo, excita su imaginación y construye fantasías que conturban su ánimo.<br /><br />Esta capilla es explicada por una cronología que se sobrepone, capa sobre capa, hasta <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_1">amalgamarse</span>, dejando ver cada una en un transparencia la impronta de la inferior. Las dos imágenes que encabezan este escrito pertenecen a la realidad del presente: la de la izquierda es la del interior de la capilla tal y como hoy se encuentra; la de la derecha es la versión <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_2">infográfica</span> de lo que debió ser a partir de mediados del siglo <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_3">XII</span>, que es cuando se estima que se pintaron los frescos. Puesto que las improntas o huellas de dibujo y color de lo que se arrancó en el <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_4">expolio</span> de 1925, están bien definidas, cabe dar por bueno el trabajo de la reproducción, que como imperfecciónm sensible a la observación deja de lado la patina del tiempo, el desgaste y la autodestrucción que convirten la visión de la ruina en cosa poética. En el siglo <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_5">XII</span>, <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_6">estabilizada</span> la frontera, el interior de la capilla se asemejaba a esta representación. Pero en el X no.<br /><br />La fábrica exterior no es ni siquiera románica, o no lo que entendemos por ello: no hay arquería ni <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_7">nartex</span>. Son muros lisos, ninguna abertura; se supone que la construyeron mozárabes asentados en la zona que a la sazón <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_8">cambinaba</span> con frecuencia de mano. Nada <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_9">sabemos</span> de la decoración <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_10">interior</span>, pero si de su estructura <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_11">arquitéctonica</span> que es la que ha quedado. Una mezquita que se apoya en la cueva del eremita primero. ¿O no es una mezquita? En ese ser posible, o en su no ser, radica el misterio.<br /><br />¿Qué sentido tienen esa galerias formadas por los arcos, cinco de frente, cuatro de fondo, que llevan el pensamiento a sugerencias cordobesas? El profano se apoya siempre en representaciones guardadas en su conocimiento, acudiendo a semejanzas que puedan explicar lo que se desconoce. Aquí cuesta pensar que no lo fuera, que no tuviera esa función, pero por lo mismo, dentro de los cánones de la intolerancia ntre religiones, ¿a qué el ábside y la sala abierta con el altar? El primero pudo ser añadido, es otro cuerpo unido por un arco, pero la sala que le precede y que es nave eclesial no, porque toda ella, que es la <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_12">mitad</span> del espacio, así como la zona que parece mezquita, están bajo el pilar central que distribuye el soporte de la techumbre. Mezquita y nave de iglesia son la misma planta continuada separada por el cobijante teho de una hermosa palmera africana, no cabe duda alguna. Se diría que ninguna conquista, de un lado u otro, osó destruir la otra funcionalidad religiosa, y eso extraña.<br /><br />La imagen de la izquierda muestra el espacio en su vacío <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_13">constructivo</span> y nos lleva a lo que debió ser en sus inicios. Aunque no se ve bien en la foto, tras el pilar, un arco más, unido a las galerías podía ser una especie de <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_14">mirhab</span>. En ese caso, si se atiende al eje de la planta, los fieles del islam mirarían al <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_16">noreste</span>, el actual, igual que los cristianos, pues el ábside está en esa misma dirección. Y el coro alto sobre las galerías de arcos, ¿no sería el lugar para las mujeres de la comunidad de vecinos? En ese tiempo oscuro entre el X y el <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_17">XII</span>, ¿que era este edificio del que lo único sobre lo que no cabe duda es su carácter religioso? ¿Un lugar para orar abierto a dos confesiones? Ninguna más se ha encontrado en la geografía española. En Córdoba, antes de construirse la mezquita en su primera fase, el Islam compró a los cristianos el uso de media basílica, aunque finalmente arrambló con todo y levantó ese prodigio único que ahora visitamos.<br /><br />Laberintos de la realidad que quedan en el espacio nuestro como aquel monolito <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_18">inexplicable</span> que plantó <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_19">Kubrick</span> en "2001". Tal vez <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_20">premonición</span> de un <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_21">futuro</span> al que se <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_22">debería</span> tender. Ciencia ficción, tal vez...</div>Luis Riverahttp://www.blogger.com/profile/00360452832116667401noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6217316770480206434.post-51162782923420194302009-09-18T09:33:00.000-07:002009-09-19T03:31:38.127-07:00La magia de lo ignorado<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCin54e9TKG3hqjaLUBYkQPH3ddg9ix2qoGrzfiGmlLcWBWR-_RVTwy5m5EmumItnWCgH8D0XPoVNj-3NpC4EataZzbwCD0IWQnJSnzLzeUMdQvG7kMr_grNzsNa62Pftdyc0ND21wQbc/s1600-h/san+baudilio+exterior.JPG"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 267px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCin54e9TKG3hqjaLUBYkQPH3ddg9ix2qoGrzfiGmlLcWBWR-_RVTwy5m5EmumItnWCgH8D0XPoVNj-3NpC4EataZzbwCD0IWQnJSnzLzeUMdQvG7kMr_grNzsNa62Pftdyc0ND21wQbc/s400/san+baudilio+exterior.JPG" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5383122914974930482" border="0" /></a><br />No es una pequeñez sino un deslumbramiento. En la ladera pelad<img src="file:///Users/Luis/Desktop/san%20baudilio%20exterior.JPG" alt="" />a que sube reptando sobre un <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_0">celaje</span> de intenso azul cielo, la fábrica de la ermita se mantiene solitaria, de muros ciegos, una ventana en el plano que corresponde a un ábside y un hermoso arco de herradura por única entrada. Tanta soledad, esterilidad, tal simpleza en la composición que es de suyo tan magnífica y absoluta en ello, no lo eran en un principio, sino que entonces, en tiempos de romances de armas, de yermo fronterizo entre el islam y lo cristiano, el bosque cubría esta ladera y a la ermita la acompañaban las <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_1">dependencias</span> de un cenobio.<br /><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEis_laUKho59PVNpJvDy-R2y5j3HTshD82uNSNdoEtH6syU-rDLHYFCU3dil_wnVziVAxzmqntXEE0prSVpqddLw198lnrBLiYtYd-psyPW1ue9YkKCOt-YMYfUPRkP4NjsbDALaxYtPXQ/s1600-h/san+baudelio+palmera.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 229px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEis_laUKho59PVNpJvDy-R2y5j3HTshD82uNSNdoEtH6syU-rDLHYFCU3dil_wnVziVAxzmqntXEE0prSVpqddLw198lnrBLiYtYd-psyPW1ue9YkKCOt-YMYfUPRkP4NjsbDALaxYtPXQ/s400/san+baudelio+palmera.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5383121837133875874" border="0" /></a><br /><br />Hay quien ha escrito que es la más musulmana de las <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_2">construcciones</span> de frontera y debe ser así, levantada por mozárabes, no deja ver el exterior, ni ver ni adivinar o <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_3">simplemente</span> sospechar, lo que da el interior cuando el visitante <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_4">traspasa</span> el arco y queda <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_5">sobrecogido</span> por un vasto espacio abierto en cuyo centro <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_6">ofrece</span> en <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_7">mamposteria</span> una enorme y soberbia palmera que abre en lo alto ocho ramas que soportan el techo al tiempo que <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_8">esconden una</span> abertura que parece sin razón, pero alguna tendría, que se abre paso por el bajo techado.<br /><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBh7wb-kGuelU2I1-4a8F02w775S612SHGTRdantwN_O5ohC9oryF_WIbkAN1eIaCHeTOrJV-wTWnJj4ISfJqDnnXDgqexsoECUdvAX6iw-8_D3-5Kpgk1o1XFV1uTzgq1ReVARCXegF4/s1600-h/interior+san+baudelio.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 241px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBh7wb-kGuelU2I1-4a8F02w775S612SHGTRdantwN_O5ohC9oryF_WIbkAN1eIaCHeTOrJV-wTWnJj4ISfJqDnnXDgqexsoECUdvAX6iw-8_D3-5Kpgk1o1XFV1uTzgq1ReVARCXegF4/s400/interior+san+baudelio.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5383121834720098114" border="0" /></a><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-A1Iu3P9Ow6SeuAZykwkfKjx-Z-5BX8z-MQIGjZIdsfAMottGlC54EMRy3dpmuDYIH-oszWFAIJw4rvkIspQuvoyLK43fTrvRkQrUEI_OHObsFrXda3wdhvRe7eTwWCa1yXQ7qK_2fec/s1600-h/san+baudelio+%C3%A1bside.JPG"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 267px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-A1Iu3P9Ow6SeuAZykwkfKjx-Z-5BX8z-MQIGjZIdsfAMottGlC54EMRy3dpmuDYIH-oszWFAIJw4rvkIspQuvoyLK43fTrvRkQrUEI_OHObsFrXda3wdhvRe7eTwWCa1yXQ7qK_2fec/s400/san+baudelio+%C3%A1bside.JPG" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5383121826722062754" border="0" /></a><br />A un lado de la palmera una a modo de nave de mezquita inserta, cinco galerías de formadas por arcos que esconden la entrada a una cueva, lugar santo tal vez, o de eremita sería. Al otro lado una nave vacía se <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_9">enfrentra</span> a un ábside en cuyo interior se alojó un altar. En los muros queda hoy la impronta, <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_10">huell</span>,a de una total <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_11">covertura</span> de pinturas que reunían geometrías, bestiarios, escenas de cazas y temas religiosos. El fuste de la columna azul, con <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_12">inumerables</span> estrellas brillando. Se escribe impronta porque eso es lo que queda <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_13">uando</span> se arrebata la capa exterior de la pintura, que ahora se expone en <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_14">Cincinatti</span>, <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_15">Chicago</span>, y otros lugares de por <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_16">alli</span>. El <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_17">expolío</span> fue en 1925, cuando la ermita era ya monumento nacional.<br /><br /><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhInJsN3oY7HkKejIgfwuujDQ66Uilw_BPYHuSU1BwAK64WIm1ii8gclDWrGaTAozLnPYb7xPvjXN_JvDEgQ-9RFIKKJoM6stAaegQVstP_ibS0WKr5mRtpD3gnBjs7FGqSzBv2KYuHlrc/s1600-h/capitel+san+baudilio.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 267px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhInJsN3oY7HkKejIgfwuujDQ66Uilw_BPYHuSU1BwAK64WIm1ii8gclDWrGaTAozLnPYb7xPvjXN_JvDEgQ-9RFIKKJoM6stAaegQVstP_ibS0WKr5mRtpD3gnBjs7FGqSzBv2KYuHlrc/s400/capitel+san+baudilio.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5383121811051522242" border="0" /></a><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg-rxNUUqyed2eCMN4YHN1aWj3CyrzA3WnbxiBMPEpENuFc_jJZW2mwFA0OKRQ-sKPW8xWUOlwqUCerxXfTmz9CcianACwan5vhAJBnH2kkGeDvkgjC7PUE1Y8uFeVBX2VljTJ3Z9mg4jo/s1600-h/san+baudelio+elefante.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 333px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg-rxNUUqyed2eCMN4YHN1aWj3CyrzA3WnbxiBMPEpENuFc_jJZW2mwFA0OKRQ-sKPW8xWUOlwqUCerxXfTmz9CcianACwan5vhAJBnH2kkGeDvkgjC7PUE1Y8uFeVBX2VljTJ3Z9mg4jo/s400/san+baudelio+elefante.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5383121809814127426" border="0" /></a>Fue en <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_18">el siglo</span> X, cuando esta zona marcaba la frontera entre las dos culturas. Poco se sabe, casi nada, y a veces lo uno contradice lo otro, pero piensa el Hombre del Prado que saber poco, incluso ignorar lo esencial, conduce a más esenciales pensamientos, que habitan magias probables. Un mundo de sincretismo vago, poco conocido, podía recorrer esos lugares de frontera en los que entre uno y otro dios, uno y único, bondadoso y terrible, poca diferencia había.<br /><br />Este encuentro fue <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_19">veinticuatro</span> horas antes de que el nuevo <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_20">Saulo</span> cayera del caballo. En San <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_21">Baudelio</span> de <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_22">Berlanga</span>, municipio de Casillas de <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_23">Berlanga</span>, en tierras de <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_24">Soria</span>.Luis Riverahttp://www.blogger.com/profile/00360452832116667401noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-6217316770480206434.post-49064885472822049262009-09-16T03:06:00.000-07:002009-09-16T04:32:22.905-07:00La caída de SauloHace solamente unos días leía sobre Pablo y esa imagen que ha venido a convertirse en un símbolo de la conversión: la caída del caballo. No cabe dudar de la verosimilitud de la historia salvo en la interpretación de detalles más o menos mágicos: el rayo cegador, la voz de Cristo preguntando, etc. Lo cierto es que Pablo cayó del caballo cuando iba en misión de acoso de <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_0">judíos</span> cristianos, enviado a ello por la ortodoxia judía. La de Pablo es <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_1">una</span> figura gigantesca, desde la voluntad, desde el esfuerzo y desde la intención inteligente; también desde la imaginación que lo ha <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_2">representado</span> en <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_3">frescos</span>, tablas y tallas; se le suele representar como poseedor de un cuerpo robusto, fornido se diría, de talla superior a la media, un hombre de encarnadura nada mística, un hombre apabullante de verbo y presencia.<br /><br />No dicen las crónicas testamentarias. ni sus <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_4">abundantes</span> cartas, sobre los posibles daños que le causara la caída del caballo a tan recia constitución. Algunos debieron ser, pues fue violenta. Basta imaginar el hecho: las monturas al paso o a un trote corto, despreocupados los jinetes, flojas las riendas, embebidos en sus pensamientos o en comentarios, por un camino que despreocupa... ¡Un rayo cegador y una voz atronadora! Cuanto menos uno de los caballos, él que recibe el prodigio de lleno, clava sus patas en tierra, recula, recibe la sacudida de la rienda del jinete que tira de ella, los caballos son muy asustadizos y entonces suelen desbocarse, que quiere decir que abandonan la disciplina del bocado. Negándose a la rienda, reculando sobre las patas viene a levantar despavorido las manos y echa el cuerpo a lo alto, el jinete cae hacia atrás, no tiene como sujetarse y en un instante es proyectado y cae de espaldas al suelo, las piernas en alto, de manera que son el costillar, los <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_5">omoplatos</span>, la columna, los que reciben el golpe.<br /><br />Un golpe así tiene efectos, lo contrario sería milagroso: fracturas, luxaciones, <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_6">magulladuras</span>, traumatismos que poco a poco se han de enseñorear del cuerpo <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_7">y del</span> <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_8">áoimo</span> y exigen quietud y reposo entre dolores intensos. Tiempo, se necesita tiempo para <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_9">recomponerse</span> y ponerse en pie, y moverse. Tiempo en el que caben, además de dolerse, el gemido y el pensamiento. El tiempo en el que Pablo, dolido y magullado, debió alcanzar a comprender que estaba en el bando equivocado.<br /><br />Viene esto a cuento porque sin prodigios añadidos ni cristianas intenciones, una yegua dulce y pacífica que responde al engañoso nombre de Furia, dejó de obedecer a la rienda que trataba de contener su querencia a volver a la cuadra y tomó por en medio del bosque a un vivo galope, esquivando el jinete como podía las ramas que cruzaban el camino y tratando de no perder los estribos, lo que al fin sucedió. <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_10">Dió</span> este con su cuerpo en tierra y allí quedó mirando las copas de los pinos esperando a que alguien llegara a socorrerle.<br /><br />Así, con siete costillas <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_11">fracturads</span>, una astillada, la escápula del <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_12">omoplato</span> fracturada en su totalidad, el tabique nasal partido, atiborrado a calmantes desde hace unos diez días, después de cuatro en el hospital, el Hombre del Prado gime, se duele y piensa y se enfrenta al tiempo vacío de la recuperación, y se dice que no hay mal que por bien no venga, pues quiere contar cosas, de como ha llegado a esto, por ejemplo, y con una sola mano, aunque no, con solo dedo, escribirá sus <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_13">posts</span>.Luis Riverahttp://www.blogger.com/profile/00360452832116667401noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-6217316770480206434.post-75746617146488406272009-08-31T16:35:00.000-07:002010-10-02T07:30:49.658-07:00el valor capital de la vida reside en la transformación de ésta en conciencia<br />Luis Riverahttp://www.blogger.com/profile/00360452832116667401noreply@blogger.com0